En los últimos tiempos, los derrames petroleros se han convertido en una amenaza para la fauna de muchos ecosistemas, y las imágenes de animales afectados son recurrentes.
Como las publicadas recientemente en Colombia, la indignación de los internautas fue enorme cuando vieron las condiciones en las que quedaron un par de indefensos animalitos.
En los recientes días los funcionarios del consejo municipal de Gestión del Riesgo del municipio de Puerto Boyacá realizaron una serie de exhaustivas inspecciones en la localidad, después de haber recibido una denuncia sobre un derrame por parte de la empresa encargada de la operación de un campo petrolero.
Los representantes de la municipalidad se dieron cuenta de que la situación y las cifras indicadas por la empresa responsable de la eventualidad, eran muy inferiores a lo que se pudo constatar por las verificaciones en el sitio de los hechos.
“Encontramos que existía otro derrame. Inicialmente habían reportado 4.4 barriles y un área de 480 metros, pues revisando bien nos dimos cuenta de que realmente no son 4.4, que es muchísimo más y el área es muchísimo más amplia de los 480 metros que ellos informaron”, afirmó Mauro Salazar, coordinador de la Unidad de Gestión Ambiental de Puerto Boyacá.
De igual manera, la alcaldía presume que la extensión afectada es mayor y ha indicado que desde el mes de mayo de este año hasta la fecha se han sumado unos quince derrames de petróleo en los campos que son administrados por la empresa señalada del ecocidio.
“Creemos que fue superior a una hectárea, donde también, con el acompañamiento de la corporación, se evidenció que tiene un promedio de 30 metros contaminado”, dijo Raúl Usaquén, secretario de Planeación de la alcaldía.
Pero los entes municipales se encontraron con un hecho que les causó estupor, y era la dantesca escena de dos chigüiros que estaban literalmente bañados en petróleo; con su pelaje pegado a su cuerpo producto del viscoso y denso líquido.
Las imágenes tomadas fueron difundidas en las redes sociales y se ganaron el repudio de los ambientalistas e internautas en general.
“No es justo, no es justo que, por ahorrarse un peso en el mantenimiento de sus tuberías, nos afecten gravemente el ecosistema de Puerto Boyacá”, increpó con evidente y justo disgusto el concejal Robinson Montoya.
Es lamentable que a pesar de los avances científicos y tecnológicos las empresas petroleras aun sigan causando tanto daño al ambiente producto de las malas praxis o falta de mantenimiento a sus equipos. Las funestas consecuencias afectan directamente a la flora y la fauna.
¡Es desgarrador!
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