El destino de las crías en medio de climas inhóspitos y bajo la amenaza del cambio climático, puede ser realmente alarmante. Es lo que sucedió con una osita bebé que fue vista vagando en la profundidad de los bosques, sin su madre.
El avistamiento tuvo lugar en en la región de Borisovsky, en Bielorrusia
Este país es conocido por sus inviernos extremos, y ante la falta de alimento, vagó sin rumbo, hasta que afortunadamente arribó a las inmediaciones de una granja, propiedad de Nikolay Vasilievich.
Lo primero que al hombre le dictó su corazón fue que no debía dejarla a su suerte, especialmente porque se dio cuenta que estaba muy débil y baja de peso, seguramente por no haberse alimentado de su madre desde hace días. Y no dudó en acogerla en su granja.
Sin embargo, aunque tenía la mejor de las intenciones, estaba un poco indeciso de adoptarla, ya que en esa zona no es común ver osos y la tenencia ilegal de animales salvajes en cautiverio puede ser castigada, y muy serio.
Tras investigar, supo que la bebé pertenecía a la especie de osos pardo, consignada en la Lista Roja de su país, donde constan las especies vulnerables o amenazadas.
Entonces pidió la ayuda de algunos cazadores voluntarios para primeramente dar con el rastro de la madre, pero no hubo resultado. Así que se contactó con los organismos respectivos para obtener un permiso y así poder conservar a la pequeña bajo el amparo de la ley.
A Nikolay realmente le angustiaba que se la quitaran porque sabía que de no quedarse con ella, en los zoológicos no aceptan animales tan pequeños, y si era devuelta a su hábitat, no tendría las herramientas para defenderse sola y moriría.
«Llamé a todas las autoridades posibles, me respondieron: hay que regresarla a la naturaleza o sacrificarla. Pero, ¿es posible sacrificar a un bebé así? ¿Y si no venimos de monos, sino de osos? ¿Qué pasa si es mi pariente muy lejano?», dijo Nikolay totalmente abrumado.
Realmente, no podía entender cómo es posible que las supuestas autoridades que deben velar por la integridad de estos animales, le estuvieran recomendando que la sacrificara.
Así que decidió que no claudicaría en su lucha, hasta que después de tanto rogar, finalmente una comisión de especialistas competentes le entregó un documento, en el que le permitían su tenencia legal.
La osita fue bautizada con el nombre de Vasilisa y así constaba en su pasaporte
La pequeña comenzó a ser cuidada y alimentada por el hombre; sin embargo, no ha dejado de lado su instinto salvaje.
Al punto que en alguna ocasión mordió a uno de los leñadores, mientras jugaba con ella.
Pero en otros momentos, Vasilisa no se comporta más que como cualquier otro bebé, toma muchas siestas, es cariñosa, busca caricias, y es como un tierno peluche en medio de la granja.
Si bien algunos cuestionan al hombre por el futuro de Vasilisa, ya que tarde o temprano podría suponer un peligro, él se está asesorando de expertos, y por ahora piensa darle todo el cuidado y el amor que necesita.
Él celebra que pudo librarla de la muerte segura y eso es lo importante.
No te vayas sin compartir la curiosa historia de esta adorable bebé que encontró un verdadero ángel que cambió su destino.