Volver a casa es el sueño de cualquier mascota que vague perdida en la calles soportando hambre, sed y toda clase de calamidades. Ese era precisamente el sueño de Copper, durante los últimos tres años, después de que su instinto curioso lo hiciera alejarse de su hogar sin saber después cómo podría regresar a los brazos de su familia.
La historia de Cooper es la de muchos canes pero en su caso hubo un final feliz.
Aunque parezca poco probable, el destino de este perrito no era pasar su vida en la calle y hace unas semanas la suerte estuvo a su favor. Cooper escapó de su casa en el 2017, cuando jugaba con sus hermanos en el patio trasero de la residencia familiar.
Toda la camada volvió con la familia, menos Cooper. Y esa situación desgarró el corazón de sus padres humanos que no dejaron de buscarlo durante todo este tiempo. Como era tan dócil, todos temían que le pasara lo peor y no sobreviviera a la ruda vida en las calles pero el chico lo superó.
Así lucía el can cuando se extravió.
La familia buscó a Cooper por semanas en las cercanías de la casa e incluso fue reportado como desaparecido pero ni los oficiales lo habían visto durante sus patrullajes por la zona. Después de tres años de angustia, este pequeño fue visto por una persona en las cercanías de una tienda y fue reportado a Control Animal.
Los trabajadores demoraron un par de días antes de lograr capturar a Cooper, que ya estaba acostumbrado a la vida en la calle y era bastante escurridizo. Sin embargo, el anhelado momento llegó.
El peludito volvió con su mamá.
La familia de Oologah, Oklahoma, recibió una llamada de la policía Collinsville y el Control de Animales de Collinsville, en Illinois, al norte de Estados Unidos, ellos habían dado con el paradero de su mascota.
Estas personas no lo podían creer pero gracias al microchip implantado en Cooper pudieron dar con el paradero de su familia y lograron que el chico volviera a casa tras tres años de angustia.
«¡Ya estoy acá, mamá!»
Este perrito ya es un anciano, ahora cuenta con 16 años y la vida en la calle lo dejó con algunos problemas de salud. Sin embargo, su familia está feliz y dispuesta a apoyarlo para que salga adelante y comparta con ellos los últimos días de su vida que seguro serán los más felices.
El microchip fue esencial en este caso, comparte esta historia y recuérdales a tus amigos la utilidad de este sistema de rastreo ¡Nadie quiere perder a su mascota, bienvenido a casa Cooper!