Lo que parecía ser un día cualquiera de montaña y diversión para un grupo de ciclistas, se convirtió en un momento de vida y muerte en el que la indignación y el dolor se hicieron presentes. A principio de octubre, Pedro Salazar, de isla de Cozumel (México), salió con un grupo de amigos a hacer una ruta de ciclismo por unas carreteras locales.
El hombre está acostumbrado a esos paseos y no imaginó lo que encontraría.
En una zona boscosa, Pedro y sus compañeros se toparon con una escena desoladora, un perrito fue dejado en las peores condiciones. El can se encontraba metido en una bolsa negra, desechada en el interior de un cubo. Su cabeza apenas sobresalía de esa trampa mortal en el que lo habían arrojado.
Como si eso no fuese suficientemente malvado, quien dejó al perrito blanco en el lugar se encargó de atar su hocico con cinta pegante. Bajo ese cruel modo el can estaba completamente imposibilitado de liberar por su cuenta de semejante problema.
Era evidente que querían su muerte.
El perrito apenas podía moverse, no saben cuánto tiempo estuvo allí abandonado pero quien lo dejó buscaba una muerte dolorosa para esta pobre criatura.
“El perrito no puede tomar agua por sí solo ni comer. Estamos viendo dónde llevarlo, si saben dónde les agradecería que me dijeran”, escribió Pedro Salazar en Facebook.
La criatura estaba agonizando.
Pedro y sus amigos rescataron al perrito y lograron ubicar a un veterinario que lo atendió de emergencia. El can fue liberado de la cinta que ataba su hocico y lo mantenía sin alimentarse.
“Una rodada es divertida hasta que nos topamos con estas imágenes, afortunadamente pudimos rescatarlo y sacarlo del lugar. Actualmente se encuentra en el veterinario. Amigos ciclistas, atentos en las brechas, no sabemos con qué nos podemos topar”, escribió Pedro en uno de los vídeos que compartió en sus redes sociales.
En la grabación, el hombre registró el momento en que llegaron hasta donde estaba el can con la ayuda necesaria para salvarlo. Las imágenes son perturbadoras, pues pese a que le dan un par de palmaditas éste ni siquiera reacciona.
Pedro relató después que el perrito fue apodado como Bruno, y sigue en recuperación y una mujer se ofreció para hacerse cargo de todos los gastos del veterinario. Sin embargo, su estado es muy delicado y pide oraciones para lograr salvarlo.
Nos rompe el corazón saber que hay personas capaces de atentar contra una vida y de este modo tan premeditado. ¿Hasta cuándo los animales seguirán siendo blanco de los más terribles atropellos? Pues no lo sabemos, pero al menos nos da un respiro saber que existen personas como Pedro Salazar y sus amigos que están dispuestos a ayudar.
Las autoridades deben investigar este tipo de casos, por favor comparte la historia y ayúdanos a denunciar ¡Basta de tanto atropello contra los animalitos!