No hay nada más importante que el amor que brindamos a quienes nos rodean. Para una señora de la tercera edad, esto significaba brindar cariños incondicionales a todos los perritos que se cruzaran en su camino.
Eugenia Franco perdió la vida, pero una perrita de la calle, con la cual sostuvo una amistad durante años, se niega a aceptar que ya no volverá a verla.
Eugenia partió de este mundo con 81 años de edad.
Eugenia trabajaba en una farmacia. Fue allí donde conoció a una simpática perrita de la calle a la que bautizó con el nombre de Bianca. Por alguna u otra razón, todos los peludos del lugar sentían que Eugenia era una persona muy especial y la seguían por doquier.
Bianca y Eugenia se conocieron hace poco más de 10 años.
Ella los quiso a todos pero la linda Bianca siempre fue la más querida. Se convirtió en su mejor amiga y pasaba largas horas acompañándola en la farmacia. Eugenia no contaba con los medios necesarios para tenerla en casa. Afortunadamente, Alejandra otra vecina del lugar se sumó a la causa y le abrió las puertas de su hogar.
Bianca vive en la ciudad de Tunuyán en Mendoza, Argentina.
La farmacia cerró y la trabajadora Eugenia se negó a jubilarse. Alquiló un local a unas pocas cuadras para vender artículos escolares. Afortunadamente, contó con la peludita Bianca para esta nueva etapa y siguieron manteniendo su linda amistad. Ambas compartían un rito muy especial que dejaba a todos boquiabiertos.
“A las 8 en punto se juntaban en la esquina del paisaje Italia y caminaban dos cuadras hasta la librería. Cuando llegaba la hora de volver, Eugenia cerraba y compartían el camino. Bianca la acompañaba hasta la esquina y seguía su camino”, dijo Mari, una sobrina de Eugenia.
A mediados de septiembre, Eugenia perdió la vida. Sufrió un infarto durante la noche y desde entonces la leal perrita no se cansa de esperarla. Bianca acude todos los días a la esquina en la que encontraba a su humana favorita.
“Mira para ese lado porque Eugenia vivía en esa dirección. Es muy triste”, dijo Nerina, otra comerciante del lugar.
Después de un tiempo comprende que no va a llegar y prueba suerte en la librería. Cuando ve las rejas cerradas intenta empujarlas con sus patitas en un desesperado intento de entender qué está sucediendo.
“Se ve muy triste y preocupada”, dijo uno de los vecinos.
Alejandra, la dueña legal de Bianca ha hecho todo para apoyarla en medio de un momento tan doloroso. Los sobrinos de Eugenia también le brindan comida y mimos para seguir con la bonita labor que les enseñó su tía.
Sin embargo, Bianca sigue decidida a cumplir su viejo rito y guarda la esperanza de poder encontrarse nuevamente con su amiga. Después de todo, una hermosa amistad de más de 10 años no se olvida fácilmente.
¿Qué opinas de la lealtad de esta perrita? Tenemos tanto que aprender de la bondad de los animales. Comparte esta nota para celebrar el maravilloso corazón de los peluditos.