Con historias como esta es imposible no emocionarse, sucedió en las afueras de una aldea de Filipinas cuando Ken Dominic Acero y su familia fueron sorprendidos por una voz que gritó en medio de la maleza circundante.
La hermana más pequeña de Ken fue la primera en escuchar lo que todos pensaron que eran unos niños jugando.
“Ella pensó que estaba jugando con otro niño. Pero nos acercamos de donde provenía el grito y encontramos un hoyo», dijo Ken.
Para sorpresa de todos, dentro del pozo, a un metro de profundidad estaba un cabrito atrapado.
«Nos quedamos impactados. Sólo nuestra casa está cerca de allí. Ni siquiera sabíamos que teníamos cabras por el lugar», dijo Ken.
Ken y su familia se convirtieron en los ángeles de este pobre animalito tras encontrar a este chivo justo a tiempo para rescatarlo. Pero estos buenos samaritanos hicieron más que eso.
Se llevaron al cabrito a su casa y lo alimentaron con biberones de leche. Después Ken visitó a todos sus vecinos para preguntarles si tenían alguna información sobre la procedencia del animalito.
«Nadie lo reclamó. Así que decidimos dejarlo en casa toda la noche y volver a intentar buscar de dónde venía al día siguiente», agregó Ken.
Esa noche, Ken se aseguró de que el cabrito estuviera bien alimentado y muy cómodo.
«He aprendido que son muy sensibles al frío. Nos abrazamos para calentarnos el cuerpo», dejo Ken.
Al día siguiente, Ken y su familia reanudaron la búsqueda de su dueño. Caminaron sin parar casi media hora, y fue entonces cuando sucedió algo asombroso.
«Antes de encontrarnos con otras personas nos encontramos con un rebaño de cabras. Parece que habitualmente caminan por el lugar libremente», dijo Ken.
Finalmente, este grupo de cabras tenía una característica común con el chivo bebé.
“Ellos también tenían pelaje blanco en la parte superior de la cabeza, lo que parecía un rasgo familiar”, agregó Arceo.
El rebaño de cabras pareció reconocer al bebé que Ken sostenía a lo lejos. Ken no quiso acercarse demasiado para no asustar al rebaño. Lo colocó cuidadosamente en el suelo y lo empujó hacia el resto de las cabras.
Realmente lo que sucedió fue sorprendente, las cabras no pudieron contener la emoción.
«Todas las cabras movieron sus colas y empezaron a caminar de un lado para otro como locas. La mamá corrió hacia el cabrito y él comenzó a amamantar. Nuestros corazones estaban llenos. Personalmente me dio una felicidad pura y sin filtros», dijo Ken.
El rebaño después se alejó con el bebé hasta que se perdieron de vista.
«Es muy gratificante saber que salvaste a alguien que necesitaba ayuda. Una gran lección para mí es que, sí se nos da la oportunidad de ayudar a alguien o cualquier animal incondicionalmente, no la dejemos pasar», agregó Ken.
Esta es una experiencia que Ken y su familia jamás olvidarán, y nosotros tampoco, no dejes de compartir esta emotiva historia con tus amigos.