Si las dificultades que el coronavirus nos ha hecho enfrentar durante este año no te parecen la prueba suficiente de que en la unión está la fuerza, quizás la lucha de una familia por salvar a su perrito enfermo sí te haga cambiar de idea.
Simba es un mestizo de 9 años con un corazón enfermo pero una hermosa familia.
Este pequeño vive en Perú y su salud se ha visto quebrantada desde que inició la pandemia. Según señala su dueña, Christine Mayorga, Simba se notaba terriblemente cansado y ella temió que estuviese enfermo, por lo que decidió llevarlo a un veterinario.
Christine haría todo por ayudar a su pequeño.
Lamentablemente, sus sospechas eran ciertas. Tras unos estudios se determinó que el corazón de Simba estaba latiendo más despacio debido a una obstrucción en tercer grado.
“Simba es parte de la familia. Hace unos meses notamos que se cansaba rápido e incluso llegó a desmayarse, por eso decidimos llevarlo a Cuore, un centro de cardiología veterinaria, para que revisen su corazón”, contó la dueña de la mascota.
El peludo en una de sus consultas.
El perrito debía ser operado cuando antes pero los médicos jamás habían realizado ese tipo de intervenciones en el país sudamericano.
Con la seguridad de que no había tiempo que perder, el especialista en radiología veterinaria y Director Médico de Cuore, doctor Juan Diego Asencios, tomó decisiones rápidas para salvar la vida de Simba.
El perro amado debía ser operado.
Diferentes especialistas de medicina veterinaria y humana del todo el país fueron contactados por el Dr. Asencios para participar en la riesgosa cirugía. Además, contaron con la colaboración de 14 voluntarios de universidades privadas y nacionales, que participarían también en la intervención por salvar la vida de Simba.
“Esta es la primera vez en Perú que un canino ha sido sometido a este procedimiento. Para lograrlo se requirió de un grupo médico comprometido, y mucha planificación”, explicó.
El doctor Juan Diego durante la cirugía.
El perrito fue sometido a una cirugía a corazón abierto que demoró más de dos horas y en la cual se le implantó un marcapasos.
“Un corazón con una frecuencia baja puede generar muchos problemas como desmayos, fatiga y reducción de la expectativa de vida. Para corregir esta condición fue necesario implantar un marcapasos, esto mejorará la calidad de vida de Simba”, explicó el cardiólogo.
Parte del equipo médico que participó en la operación.
Tras pasar algunas semanas en observación, el perrito fue dado de alta, así que la peligrosa maniobra médica fue totalmente exitosa.
La frecuencia cardíaca de Simba pasó de una mínima de 26 latidos por minuto, a una de 80, lo cual asegura a su comprometida y amorosa familia que tendrán al peludito en casa por muchos años más.
El compromiso de estos profesionales lo salvó.
Su dueña dijo estar “muy contenta con que Simba se haya recuperado y todo haya salido bien”. El amor y entrega de estos héroes y de la familia hicieron posible salvar la vida del can. Esta noticia no deja de alegrarnos y queda claro que existe un cambio de mentalidad en el mundo acerca de los cuidados médicos que requieren los animales.
Aunque aún haya mucho por hacer, hay que agradecer a todos los que adoptan a sus mascotas como verdadera familia. Comparte esta nota y envíale tus saludos al tierno Simba.