Los seres humanos tienen una gran capacidad para ser creativos y romper esquemas, pero en ocasiones su ambición por lo distinto se sale de control. Tal es el caso de una polémica moda que tiene a todos consternados en las redes sociales y está siendo catalogada como maltrato animal.
Tatuar a los perros, una nueva moda que está en boga.
¡Sí! aunque parezca insólito o poco sensato, los tatuajes para perros se están posicionando en algunos países. Los dueños someten a sus mascotas a extenuantes horas de tensión y dolor para conseguir que les tatúen los más excéntricos diseños en su piel.
Nadie discute lo artístico de estas creaciones en la piel de los seres humanos, pero sí ha indignado a todos que seres indefensos deban ser expuestos a estos calvarios. Si para un perrito es difícil la visita a la peluquería, peor aún resulta ver que alguien está marcando su piel con una aguja.
Es un procedimiento doloroso al que ningún animal debería ser expuesto, no existe justificación alguna para maltratarlos así. La tendencia de tatuar a los perros es un acto atroz que vulnera sus derechos, los somete al dolor y pone en riesgo su salud solo para que su dueño pueda satisfacer sus caprichos.
A eso y más son expuestas estas criaturas.
El asunto no es nada nuevo, ya que desde el 2013 se presentó un polémico caso en Carolina del Norte en el que el tatuador Ernesto Rodríguez, marcó los vientres de sus dos perros con el argumento de querer identificarlos. En ese momento los proteccionistas se manifestaron en rechazo a la práctica.
«En algunos estados es un crimen realizar experimentos con tatuajes en animales», dijo entonces la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos (PETA).
En el 2014, un tatuador de Brooklyn, Nueva York, conocido como Mistah Metro también enfureció las redes al publicar la imagen de su perro tendido en una camilla mientras era tatuado. Además de la indignante imagen, el hombre escribió:
“Esta es una de las razones por las que mi perro es mejor que el tuyo”.
Está imagen aún sigue causando polémica en las redes.
Este año, ha sido la publicación del holandés Maarten Kaskens la que volvió a poner el polémico tema sobre la mesa y dejó al descubierto una práctica que, si bien no es moderna, resultaba desconocida para algunos.
“¿Qué idiota puede tatuar a su perro? Pues, desgraciadamente hay muchos idiotas”, comentó Kaskens en Twitter.
Aunque muchos dueños justifiquen esta moda con la necesidad de marcar a sus mascotas y así evitar que se pierdan, la verdad es que colocar un microchip es un asunto menos traumático y realmente eficiente a la hora de identificar a un perrito extraviado.
Ellos no merecen pasar por ningún tipo de dolor.
Es cierto que en algunas organizaciones existe la tendencia de tatuar a las mascotas para tener un registro de identificación cuando se trata de perros de raza. Sin embargo, son tatuajes minúsculos que hacen mientras el animal está anestesiado, es un acto de maltrato, pero no comparable con los tatuajes de este tipo.
Nada tiene que ver un «tatuaje artístico» con los que realizan las asociaciones canófilas internacionales.
Este gato fue tatuado a gusto de su madre humana, una influencer ucraniana.
Diversas fundaciones califican como abuso el hecho de someter a un animal al dolor de un tatuaje con fines meramente artísticos. Lo más probable es que las criaturas sean anestesiadas durante el proceso, pero la recuperación de todo tatuaje es dolorosa y más para una piel tan delgada como la de cualquier mascota, además pone en riesgo su salud.
“Tatuar a un animal para el placer egoísta y la diversión de sus dueños, sin ninguna consideración por el bienestar animal, no es algo que nosotros apoyemos”, dijo la ASPCA.
El hocico es una zona muy sensible y a este perrito le hicieron un tatuaje allí.
Pese a lo absurdo que suene todo esto, la realidad es que continúa sucediendo y no sólo con mayor frecuencia, sino con las excusas más insólitas.
En el 2016 un brasilero argumentó que había tatuado a su bull terrier “porque la tinta previene el cáncer en los perros”, un comentario sin ninguna base científica.
El brasilero Emerson Damascenos tatuó hasta el hocico de su perrito.
Por todos los ángulos por los cuales se quiera mirar, el tema de los tatuajes para perros y gatos resulta indignante y sin explicación lógica. El capricho de algunos continúa generando dolor a los más indefensos, así que esta práctica es otra causa más por la cual diversos proteccionistas y amantes de los animales están alzando su voz.
Nadie merece sufrir por el egoísmo de un tercero, pero esto es algo que a diario padecen muchos animales, comparte esta polémica noticia y ayúdanos a alzar la voz en contra de esta insólita moda.