La mayoría de los seres humanos percibimos a los caballos como animales nobles y sumamente ágiles. Sin embargo, en ocasiones las cosas pueden parecer diferentes. Hace algunas semanas un caballo salvaje se interpuso entre una yegua y su bebé.
El semental trató de matar al indefenso potro mientras la yegua veía con horror lo que pasaba, incapaz de intervenir.
Dicho semental era el líder de la manda y por alguna razón era tan posesivo que vio al bebé como un intruso, por lo que hizo todo lo posible para deshacerse de él.
Fue así como la manada abandonó al recién nacido en medio de la nada.
De acuerdo con la presidenta y fundadora de la organización Salt River Wild Horse Management Group (SRWHMG), Simone Netherlands, el semental no trató de matar a la yegua porque la quería cerca de él, sin embargo hizo todo lo que pudo para deshacerse de su bebé. Debido a que son animales salvajes, es imposible predecir lo que harán.
El equipo de SRWHMG esperó dos horas junto al potro en medio del campo para ver si la manada de caballos regresaba y aceptaba al nuevo miembro. Sin embargo, nunca lo hicieron.
«A veces es difícil de explicar la naturaleza», dijo Simone. «Esto fue una verdadera excepción, en los 18 años que lleva la organización nunca antes habíamos sido testigos de este tipo de agresión hacia un recién nacido.»
La organización ha estado monitoreando a los caballos salvajes de Salt River, que residen en las cercanías del Bosque Nacional de Tonto, en Arizona.
La organización registra observaciones científicas de los caballos y su comportamiento, patrones de migración y la dinámica de las manadas.
Simone y su equipo están trabajando con el Servicio Forestal de los EE.UU. para llegar a un acuerdo y trabajar juntos en el monitoreo de estos hermosos caballos.
«Nuestro objetivo principal es proteger a estos animales salvajes, pero cuando están pasando por un sufrimiento innecesario y tenemos la capacidad y la autorización para hacer algo al respecto, entonces lo hacemos«, explicó Simone. «De no haber sido así, el bebé habría muerto de hambre.»
El potro fue llevado a un veterinario para atención médica de emergencia. A pesar de que sus heridas fueron leves, recibió una terapia vía intravenosa y también necesitó de plasma y calostro, la leche proveniente de yeguas para alimentar a sus crías, lo cual es crítico para su supervivencia.
Gracias a los esfuerzos de la organización, Rosco, como decidieron nombrar al potrillo, sobrevivió y ya se encuentra a salvo en un refugio donde sigue recibiendo los cuidados necesarios.
Por su parte, Simone y su equipo se dieron a la tarea de buscarle una nueva mamá. La búsqueda condujo finalmente a una yegua que recientemente había perdido a su bebé. El equipo está tratando de negociar la estancia de la yegua, llamada Abril, con su propietario. No obstante, Rosco no ve a la yegua en absoluto como fuente de alimento. Ni si quiera sabía lo que eran los pezones.
Le tomó casi cuatro días al equipo de Simone lograr que Rosco fuera amamantado.
Rosco está tan acostumbrado a los seres humanos que no ve a Abril como su madre y ella tampoco lo aceptó de inmediato. Por lo que han tenido que observarlos y enseñarles a convivir amenamente. Así, los voluntarios están allí 24/7 para supervisar su alimentación y ayudarlos a lograr una verdadera unión madre e hijo.
«Estoy sorprendida por la perseverancia y la dedicación de nuestros voluntarios,» agregó Simone. Rosco ama a la gente y tiene una personalidad divertida. «Es tan adorable y lindo que tenemos que resistirnos a acariciarlo todos los días…
De acuerdo con Simone, Rosco no piensa que es un caballo, sino un perro grande. 😉
The Dodo
Simone y su equipo siguen esforzándose por lograr una legislación que permita proteger y resguardar a los caballos salvajes. Es un camino largo, pero saben que con perseverancia y compromiso tarde o temprano lograrán su meta.
¡Comparte con todos tus seres queridos esta conmovedora e inspiradora historia, sobre todo con los amantes de los caballos!