Por desgracia, cada vez son más frecuentes las historias de injusticia cuyas víctimas no tienen voz. La contaminación plástica es un problema generado por las industrias al producir artículos para el consumo, pero, paradójicamente, quien enfrenta lo peor de esto no es la humanidad, sino los seres más vulnerables.
Esto no es algo nuevo, pero hoy en día, con los adelantos tecnológicos y el rápido acceso a la información es imposible hacerse de la vista gorda ante tanto sufrimiento e ignorar lo mal que la están pasando numerosas especies por nuestra culpa.
James Barnett, un brillante veterinario marino navegaba por las costas del condado de Cornwall, Inglaterra, cuando de pronto se percató de un bulto que flotaba sobre las aguas, a pocos metros de su embarcación.
Al acercarse, pudo descifrar de lo que se trataba: un delfín y una foca yacían inertes, enredados en varias redes de pesca olvidadas por los pescadores, quienes las dejan allí tras usarlas, sin considerar el grave daño que ocasionan en los animales de dicho hábitat.
Como era de esperarse, la pareja quedó completamente inmóvil y lentamente dejaron de respirar. Nos preguntamos: ¿qué más habrá que mostrarle a la gente para que tome en cuenta esta y otras consecuencias de su inconciencia? ¿Es que no es suficiente?
Después de ser testigo del triste espectáculo de muerte, Barnett, decidió fotografiar los restos de ambos animales y compartió las imágenes en sus redes sociales, con la intención de concientizar a la población sobre este tema. Sobre todo en este difícil momento que atravesamos todos como Planeta.
“No nos damos cuenta aún del problema que son los microplásticos. No tenemos idea de la cantidad de ellos que hay y el impacto que tienen sobre la salud de los animales. Creo que es algo que va más allá de cualquier estudio que se haga en los próximos años”, dijo Barnett.
Y es que el principal problema y el impacto de este material sobre los ecosistemas marinos es devastador. Incluso está en nuestros cuerpos, pues los mismos peces que matamos para comer se han alimentado de esa misma basura en el mar.
“La foca se encontraba enredada en 35 kilos de redes. Es el peor caso que he visto en mi vida. Son animales muy curiosos e investigan las redes flotando cerca de ellas sin saber lo que ocurrirá”, añadió el biólogo y veterinario.
Por mucho que se hable de este tema, el hecho es que sigue ocurriendo por el descuido de algunos, así como por el irrespeto por el lugar donde viven otras especies. ¿Qué será necesario para detener esto?
La vía más rápida es que los gobiernos del mundo reformen las leyes de gestión de residuos, y hacer responsables a las compañías por sus envases, empaques y embalajes. Cada minuto que pasa sin legislar, una tonelada de plástico (el equivalente a un camión lleno de desechos) llega a nuestros mares para quedarse.
Comparte esta historia con tus familiares y amigos. Es momento de alzar la voz por los que no la tienen y exigir un alto a la producción de plásticos desechables. Súmate por una ley internacional que los prohíba y proteja a los animales.