Aunque para muchos el perro es un gran amigo y un miembro más de la familia, para otros la realidad es distinta. En Corea del Sur los canes corren la peor de las suertes, y son atrapados para comerciar su carne sin ningún tipo de escrúpulos.
Se rehúsan a dejarlos vivir en paz
En algunos países asiáticos como China, Vietnam, Indonesia, Tailandia, y Corea del Sur consumen carne de perro. Se trata de un tema delicado, muchas personas mayores lo defienden aduciendo un supuesto valor energizante y nutricional.
A pesar de que a los jóvenes ya no les atrae, aún existen criaderos que se dedican a proveer de suficiente carne a los restaurantes. Pero ha crecido el número de organizaciones que defienden los derechos de los animales, como la Humane Society International (HSI).
«Si bien la carne de perro se consume en varios países de Asia, Corea del Sur es el único país que cría perros para el consumo humano a gran escala. Se estima que 2 millones de perros al año se crían en miles de granjas de carne de perro en todo el país», expresó en un comunicado público Kitty Block, directora ejecutiva de HSI.
La HSI sostiene que la compasión hacia los animales es algo que caracteriza al hombre y está más allá de la cultura, las condiciones económicas o políticas. Hace todos los esfuerzos para crear una cultura global de respeto hacia los animales.
Para llevar adelante sus acciones cuenta con la sinergia de varios refugios de animales en Nueva Jersey, Virginia, Pensilvania, Nueva York y Maryland con la finalidad de estimular y facilitar la adopción de mascotas. Tiene actividades en casi todos los continentes.
En Corea del Sur es fundadora de un programa que se encarga de orientar a los granjeros para que se dediquen a trabajos más dignos de su condición de seres humanos, una labor no del todo fácil tomando en cuenta el tiempo que llevan realizándola.
Afortunadamente aún hay ángeles que cuidan del bienestar de los peluditos
«Negociamos con los criadores de perros coreanos para rescatar a sus perros y hacer la transición de los granjeros hacia medios de vida más humanos y rentables”, agregó Block.
Las personas que se concientizan firman un contrato y se comprometen a demoler las granjas y entregar a los animales, también se responsabilizan en que no podrán criarlos en los siguientes veinte años.
Las granjas son lugares donde los perritos reciben malos tratos, encerrados sin ningún tipo de cuidado médico, hasta que finalmente se les conduce a la muerte de la peor manera.
¡Detengamos tanta injusticia!
«Las condiciones en estas granjas son horribles: la mayoría de los perros viven toda su vida en jaulas de alambre estériles sin refugio adecuado o atención veterinaria hasta que son brutalmente sacrificados, generalmente por electrocución o ahorcamiento», apuntó el hombre.
En el mes de mayo la HSI rescató más de cien perros, sesenta de ellos fueron sacados de una sola granja que fue cerrada terminado el rescate. Todos los animalitos fueron llevados a los Estados Unidos para ser tratados y posteriormente colocados en adopción.
Sin duda, tendrán oportunidades de tener una vida digna y feliz como se merecen.
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