“Solos venimos y solos nos vamos de este mundo”. Esta sentencia, tan ampliamente escuchada, sin embargo, no es del todo correcta si se trata de casos extraordinarios como el de nuestros protagonistas de hoy: una hermosa pareja de leones ancianos para quienes el amor supera la muerte.
Hubert y Kalisa vivieron juntos durante seis felices años en el zoológico de Los Ángeles, California, Estados Unidos, tiempo en el que se volvieron alma con alma en una sola esencia y un solo corazón, inseparables.
Tan grande fue su demostración de amor mutuo, que una vez cumplidas con creces las expectativas de vida de ambos y ver disminuida su salud, las autoridades del parque tomaron la decisión de dejarlos dormir juntos el sueño eterno, para que ninguno tenga que seguir viviendo sin el otro.
Normalmente, los leones cautivos en zoológicos viven un promedio de entre 15 y 17 años, pero gracias al milagro de esta relación, la bella pareja pudo compartir y llegar junta a la gran vejez de 21 años.
Lamentablemente, Hubert, quien nació en el Lincoln Park Zoo, de Chicago, y Kalisa, quien llegó procedente del Woodland Park Zoo, en Seattle, comenzaron a experimentar problemas relacionados con la edad que estaban afectando sensiblemente su cotidianidad y su calidad de vida.
“Estos leones eran carismáticos juntos y por separado, pero casi nunca estaban separados el uno del otro. Su atención absoluta siempre estaba en el otro mientras descansaban juntos, se acurrucaban y se acariciaban”, dijo Beth Schaefer, una portavoz del zoológico de Los Ángeles.
Por su parte, Denise Verret, directora del recinto animal aseguró que la pareja enamorada representaba una parte icónica de la experiencia del zoológico de Los Ángeles, y agregó que todo el personal y los invitados del mismo han sido tocados de alguna forma por su ejemplo de lealtad y compañía digno de ser imitado.
Compañeros de vida
“Estos afectuosos compañeros llegaron al zoológico de Los Ángeles hace seis años, y rápidamente cautivaron nuestros corazones al observar su magnífica belleza y su vínculo único. No se concibe la idea del uno sin el otro”, añadió Schaefer.
De allí lo desgarrador que resultó para todos los cuidadores de estos y otros animales el momento de la despedida. El mayor consuelo será pensar que no sufrieron la ausencia del otro y partieron juntos a encontrarse con las estrellas, haciendo trascender su amor hasta igualarlo con el cosmos.
Verret terminó su emotivo discurso agradeciendo a los cuidadores y al personal veterinario por dedicarse tan amorosamente a los leones, que vivieron más tiempo que la mayoría de sus congéneres, aun estando bajo la tutela humana y no en la naturaleza.
Una pérdida difícil de asimilar, a decir de Alisa Behar, quien trabaja como cuidadora de animales del mencionado parque californiano, y quien ya se había acostumbrado a aquellos rugidos rutinarios, expresivos y cargados de puro y verdadero afecto.
Solo amor entre ellos
Todos queremos enamorarnos locamente y encontrar esa “alma gemela” con la que seremos felices el resto de nuestras vidas. Dos almas, animales o humanas en la misma onda vibratoria sintonizan, se atraen, se comunican con una enorme facilidad y, sin saber por qué, se fijan y se funden en una sola.
Todos tenemos una, así que comparte esta historia con tu alma gemela. Descansen en paz por siempre, Hubert y Kalisa.