Si bien las acciones irracionales del hombre contra algunas especies de animales nos demuestran que estamos es una sociedad cada vez más deshumanizada, no podemos negar que hay personas que luchan por poner un alto a tratos injustos y acabar con la caza furtiva que tanto daño hace a los animales salvajes.
Estas mismas personas a través de distintas organizaciones actúan de buena fe y con todo el respaldo de la ley para poner tras las rejas a quienes solo quieren enriquecerse perjudicando a los animales.
Casi la mitad de los gorilas de montaña viven en el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi.
El mundo entero sufrió la trágica muerte de Rafiki, un gorila de 25 años que fue asesinado en el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi. Rafiki había desaparecido el 01 de junio, al día siguiente un grupo de búsqueda encontró su cuerpo.
Según las autoridades del Parque, se cree que le lanzaron una lanza que atravesó sus órganos internos y acabó tristemente con su vida. Un hombre fue arrestado y acusado de matar a Rafiki, aunque le incautaron varios artículos de caza, señala que mató al gorila en defensa propia.
Rafiki era el líder del grupo de gorilas Nkuringo que cuenta con 17 gorilas.
Rafiki era un gorila de espalda plateada, también es conocida como gorilas de montaña. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha declarado esta especie como peligro de extinción.
Si bien la pérdida de Rafiki fue un golpe muy grande para las Autoridades de Vida Silvestre de Uganda, hoy están con el corazón lleno de alegría pero sobre todo, de mucha esperanza tras el nacimiento de dos bebés gorilas en el mismo parque donde murió Rafiki.
El nacimiento de los nuevos bebés gorilas es una gota muy alentadora para todos los defensores de los animales.
Los bebés nacieron en julio en grupos separados, un grupo llamado Mubare y el otro Oruzogo, como parte de un “baby boom” un pequeño grupo de gorilas en el bosque protegidos entre los turistas.
Un portavoz de Vida Silvestre en Uganda señaló al respecto:
«Para nosotros es una señal de alivio. Perdimos uno. Tenemos dos. Pero, por supuesto, perder uno es bastante malo”.
En noviembre del 2018, los gorilas de montaña fueron clasificados en peligro crítico, con el nacimiento de estos dos bebés la población está creciendo de manera muy lenta pero segura.
Desafortunadamente, en los últimos años algunos gorilas de Uganda han muerto por causas naturales, mientras que otro gran número ha fallecido en manos de la caza furtiva.
Proteger a los gorilas es un trabajo en equipo.
En Uganda, Ruanda y Congo cerca de 1000 gorilas viven protegidos gracias a los ingresos por turismo, en estas áreas en partículas, existe un permiso de rastreo de gorilas que cuesta $ 600, cada año miles de turistas pagan para poder ver desde la distancia estas criaturas salvajes.
Con ese dinero las autoridades protegen a los animales, invirtiendo no solo en actividades contra la caza furtiva sino ayudando a las comunidades locales que tanto aportan para salvaguardar a estas criaturas que por muy grandes que parezcan son vulnerables ante el ojo cazador y depredador del hombre.
En medio del caos, siempre hay motivos para celebrar buenas noticias.
Lamentablemente, en los últimos meses muchos de estos gorilas han quedado vulnerables debido que la pandemia ha disminuido drásticamente el número de turistas, lo que genera constante preocupaciones a aldeanos y activistas para seguir protegiendo a esta especie.
Si bien, aún quedan muchas dudas sobre cómo velar por la seguridad de los gorilas de montaña, el nacimiento de estos bebés es un hermoso significado de esperanza.
Una nueva vida siempre será un gran motivo para agradecer y celebrar. Protejamos a las especies más vulnerables y se parte de ese grupo amante y defensor de los animales. Alcemos la voz en defensa de aquellos que no tienen. ¡Comparte!