Pese a que en muchas ocasiones perdemos la fe en la humanidad a causa de distintas situaciones que nos dejan sin aliento; afortunadamente, no han dejado de darse actos de nobleza que nos hacen recobrar la esperanza de que algo muy bueno se encuentra detrás de la tempestad.
Aún quedan buenas personas
Tal como demostraron decenas de personas en la playa de Carro Quebrado, en Brasil, en un largo rescate de más de 24 horas que emprendieron después de que una colosal ballena de aleta quedara atrapada.
Mujeres, hombres y también niños llegaron a la playa para ayudar en la difícil misión. Una y otra vez, los valientes rescatistas llevaban consigo baldes de agua que lanzaban sobre el cuerpo del colosal animal mamífero para intentar mantenerla hidratada fuera del mar.
Había pocos instrumentos que pudieran facilitar la labor de rescate, por lo que a las personas no les quedó más que hacer uso de todas sus fuerzas para empujar nuevamente al mar a la ballena, siendo la propia fuerza de la naturaleza y las olas del mar la que dio el empuje final para completar la misión.
Al encontrarse dentro del mar, la ballena pudo recobrar un poco de aliento y movilizarse, agitando su aleta fuertemente en señal de victoria y agradecimiento para los humanos que se rehusaron a dejarla a su suerte.
Fue una gran misión
Fueron más de 40 personas las que trabajaron para lograr sacar de la arena a la vulnerable ballena. Cuando por fin lo consiguieron, todos los presentes celebraron y se conmovieron al verla nadar nuevamente en alta mar.
“Felicitaciones a todos los que ayudaron a rescatar a la ballena, estaba muy feliz de volver a su hábitat”, comentó un internauta conmovido por la situación.
No obstante, la ballena de 13 metros de largo quedó severamente fatigada por haber pasado tanto tiempo varada; además de presentar bajo peso y algunas lesiones en su cuerpo, por lo que los especialistas del Instituto de Biota de Conservación de Alagoas aseguraron que no hay forma de saber si este maravilloso animal sobrevivirá.
“Prestaremos atención para determinar si otro animal encalló y trataremos de saber si es el mismo”, dijo Bruno Stefani, coordinador del Instituto Biota de Conservación de Alagoas.
Pese a la gran alegría que fue para todos los presentes el ver nadar nuevamente a la ballena, el mamífero volvió a llegar nuevamente a la playa, pero esta vez sin vida. De inmediato, llegaron al lugar los biólogos del Instituto de Biota para realizar una autopsia y así lograron confirmar que era el mismo ejemplar rescatado previamente.
Sin duda, la pérdida de este hermoso ejemplar nos llena de mucho pesar. Pero, al menos, sus últimos instantes pudo comprobar, al igual que todos, que la bondad no se ha extinguido en el mundo.
¡Vuela alto gran ballena!
Recuerda que siempre se puede hacer algo para ayudar a quien más lo necesita, especialmente a los animales en aprietos a los que muchos humanos han hecho mal sin razón. No te vayas sin compartir esta emotiva historia con todos tus amigos.