Para algunos es bastante fácil creer que en la naturaleza sólo predomina la ley del más fuerte y que todos los animales se rigen bajo esa norma. Sin embargo, una familia de monos ha roto todos los paradigmas y su gran historia de solidaridad deja al descubierto que no sólo entre humanos existen sentimientos de hermandad y compañerismo.
Estos tres hermanitos han dado una gran lección a muchos.
El escenario de esta gran historia es el zoológico de Gaziantep, en el sur de Turquía, donde viven unos monitos rescatados que fueron salvados de las despiadadas manos de una red de contrabando que se lucra con la vida de estas criaturas.
Un trío de hermanitos macacos fue arrebatado de los brazos de su madre por los contrabandistas pero por fortuna, un grupo especial que se dedica a desmantelar este tipo de redes lograron rescatarlos.
Ahora viven en el zoológico pero hay algo que los distingue del resto de monos del lugar.
Entre estos tres hermanitos hay uno que sufre una condición especial: el mono tiene síndrome de Down. Aunque esto es bastante extraño en la especie es algo que puede ocurrir pero no por ello los otros macacos lo han rechazado, al contrario, el par de hermanos se desvive por proteger y ayudar a su hermano Down.
Al principio, los encargados del zoológico no habían notado la condición del monito pero sí se percataron que los otros parecían mimarlo y abrazarlo continuamente, como si quisiesen protegerlo.
Mira el amor con el que sus hermanitos lo abrazan.
Celal Özsöyler, jefe de la autoridad local de vida silvestre del municipio, comentó que los veterinarios habían notado que uno de los tres tenía la cara un poco diferente y sus brazos más largos pero de entrada no dieron con la condición especial del pequeño. Una situación que al parecer los otros monitos sí sabían perfectamente.
“Los otros hermanos aparentemente lo sabían, y se preocupan por él. Lo alimentan y nunca lo dejan solo. Ahora estamos esperando que crezcan, y se unirán a otros monos aquí una vez tengan el tamaño”, dijo Özsöyler.
El monito del centro con carita alargada es el pequeño con síndrome de Down.
Aunque un zoológico no es el lugar ideal para ninguna criatura, el de Gaziantep sirve de refugio para tantas criaturas que han caído en las manos de desalmados que buscan lucrarse con la vida silvestre.
Tras perder a su madre, estos pequeñines sólo quieren proteger a su hermano.
Las autoridades intentan hacer lo mejor por todos los animales. De hecho, en el mes de junio, lograron rescatar a 200 tortolitos que fueron interceptados por la aduana en una zona fronteriza.
“Están siendo tratados por varias enfermedades, espero que puedan mudarse a nuestra Bird House cuando recuperen su salud pronto”, afirmó Celal Özsöyler.
La ternura que desprenden los monos al cuidar a su hermanito es realmente admirable. Para estas criaturas las diferencias no son motivo de rechazo, para ellos él es simplemente su hermano y después de tantas calamidades que han de haber pasado sienten la obligación de cuidarlo. No hay duda de que los animales tienen mucho que enseñarles a los humanos y este nivel de solidaridad es reflejo de eso.
No lo rechazan, lo cuidan y lo aman aún más por su condición ¿Acaso nosotros hacemos lo mismo con las personas especiales? Comparte este bello ejemplo de integración, todavía hay mucho que aprender.