Shango es un enorme gorila que hace vida en el zoológico de Miami. Recientemente, los veterinarios del lugar decidieron sedarlo para realizar una serie de pruebas médicas y descartar cualquier problema, incluyendo el COVID-19. Todo comenzó porque Shango tuvo una fuerte confrontación con su hermano menor: Barney.
Es normal que lo gorilas machos peleen entre si, pero rara vez se causan heridas graves.
Al principio, pensaron que no se trataba de una situación muy grave. Sin embargo, Shango pasó los siguientes días ocultando su brazo derecho en una clara señal de que estaba sintiendo mucho dolor.
Shango tiene 31 años de edad y Barney 26.
Brindar atención médica a un enorme gorila no es tarea sencilla. Procedieron a sedarlo y aprovecharon la ocasión para descartar una serie de enfermedades. Los veterinarios decidieron hacer la prueba de coronavirus porque también detectaron una pequeña fiebre el gorila.
Shango pesa casi 200 kilogramos.
En los últimos meses el mundo entero ha sufrido una conmoción enorme por toda la lucha contra la pandemia. Es por esto que cuando se dio a conocer que un gorila estaba siento examinado para descartar COVID-19, se desataron todo tipo de rumores y polémicas.
Le hicieron pruebas de Rayos X, un ultrasonido, prueba de tuberculosis y prueba de coronavirus.
Afortunadamente, las pruebas dieron negativo. Shango sólo necesitará un poco de cuidado para las heridas de su brazo pero se recuperará sin ningún problema. Lamentablemente, este caso es un duro recordatorio de la injusta vida a la que animales como Shango son sometidos.
“No debería estar viviendo en un zoológico. No es justo”, opinó un usuario en las redes.
Él y su hermano Barney nacieron en el zoológico de San Francisco y años después los trasladaron a Miami para continuar viviendo tras las rejas. Estos animales merecen vivir en un ambiente natural como un santuario donde puedan sentirse mucho más libres y donde no los traten como una fuente de entretenimiento para los humanos.
En el Zoológico de Miami viven más de 3.000 animales en menos de 100 hectáreas.
En más de una ocasión, los especialistas han determinado que los animales que son forzados a permanecer tras las rejas desarrollan problemas de comportamiento. Esto puede ser un factor clave en las discusiones de Shango y su hermano, por ahora los han separado y no se sabe cuándo puedan volver a estar unidos.
“Todo dependerá de cómo se comporten y también esperaremos que las heridas de Shango se curen por completo”, aseguró un portavoz del zoológico.
Es un alivio saber que Shango demostró encontrarse en buen estado de salud. Sin embargo, se trata de un animal de que ha vivido toda su vida en un zoológico y es hora de que alcemos la voz. Él y su hermano merecen una vida libre.
Una de las enseñanzas que nos ha dejado la pandemia es que debemos dar un mejor trato a los animales y al medio ambiente. Comparte para ayudar a crear consciencia.