El Gobierno de la región española de Aragón ha anunciado una lamentable noticia que ha indignado a miles de activistas y defensores de los animales: sacrificará a 92.700 visones de una granja de la empresa Secapiel, en Teruel, especializada en curtición y acabados de cueros y pieles de visón.
Todas las alarmas se dispararon cuando el pasado 22 de mayo, 7 de sus trabajadores dieron positivo por COVID-19, según declaró en una rueda de prensa, Joaquín Olona, consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Aragón.
Empezaron a examinar a los visones, a pesar de que la empresa presuntamente cumplía todos los requisitos de seguridad. Los tests que se hicieron a fines de mayo y a principios de junio arrojaron casos de visones infectados pero no fueron representativos; sin embargo, los resultados de los estudios del pasado 7 de julio fueron abrumadores.
78 visones de 90 dieron positivo para el virus, lo que representa el 86% de la muestra elegida
Sin más pruebas ni estudios, este viernes se inició el sacrificio masivo mediante la exposición al gas CO2. La operación se prolongará varios días y los cuerpos al completo se trasladarán a una planta de tratamiento especializada de máxima protección. ¡Qué injusticia!
Las autoridades valoran una posible transmisión del virus entre humanos y animales o viceversa. El consejero ha aclarado que se trata únicamente de “una hipótesis” y ha insistido en que “no se puede trasladar ninguna certeza” sobre si ha habido o no transmisión.
“No podemos determinar si existe transmisión de humanos a animales o viceversa, lo que sí puedo decir es que caben las dos posibilidades”, ha dicho Olona.
Existe la hipótesis de que una persona ajena a la granja hubiera contagiado el virus a un trabajador, y éste a su vez a los animales. Pero también barajan la posibilidad contraria: «Cabe establecer la hipótesis de que dos personas se puedan haber infectado a partir de los visones”.
Sin embargo, dado que es apenas una posibilidad, Olona aclara:
«No es seguro que estos mamíferos puedan contagiar el virus a los humanos, pero tampoco tenemos la seguridad de que eso no vaya a ocurrir; ante la duda, la decisión del sacrificio va en el sentido de evitar riesgos de salud pública».
El posible salto del nuevo coronavirus desde los visones de la empresa Secapiel a dos trabajadores alimenta la hipótesis de que las granjas peleteras chinas tuvieron un papel importante en el origen de la pandemia de covid.
Las granjas con altas densidades de animales son un caldo de cultivo perfecto para la evolución de los patógenos y su salto a los humanos.
Sin embargo, la OMS insiste en que el nuevo coronavirus se contagia exclusivamente de humano a humano. Ciertamente, algunas especies, como gatos, tigres, leones, hurones, murciélagos y macacos pueden ser más sensibles al SARS-CoV-2, pero está comprobado que no ha habido saltos del virus de estos animales a humanos. Aunque sí habla de una «posibilidad de transmisión del coronavirus de los visones a humanos».
Tritemente, el caso de la granja de Aragón no es el único. En Holanda, uno de los centros mundiales de la cría de visones, se ha sacrificado un millón de estos hermosos animales desde que estalló la pandemia.
Lo que resulta alarmante es que en el caso de la granja de Aragón, sin más pruebas ni estudios, hayan tomado tan drástica medida, decidiendo una vez más por los que no tienen voz. ¿Acaso los visiones decidieron que los mantuvieran hacinados? ¿A cuántos humanos contagiados por COVID-19 han decidido sacrificar porque simplemente suponían un riesgo?
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