El derecho a la libertad no tiene precio, debería ser inquebrantable pero lamentablemente muchos animales sufren las consecuencias de personas que sin escrúpulos atentan contra su vida y los encierran en un terrible cautiverio.
Esa es la historia de dos osos pardos, llamados Milcho y Gosho, ellos se han reunido por primera vez después de haber sido rescatados de una vida terrible de prisión, en el centro de cría de osos de Kormisosh, en Bulgaria que fue abandonado.
Nacieron en ese lugar para ser criados como animales de caza, ¡Qué tristeza! Ambos estaban esperando que les llegara el momento para morir de un disparo. En ese tiempo comienzan a entrar en vigencia nuevas leyes prohibiendo esta práctica cruel, por lo que seguirían afortunadamente con vida, pero una realidad los golpeo fuertemente, al quedar abandonados en aquel lugar.
Milcho y Gosho, no conocían otra cosa más que estar encerrados durante 16 años, y la situación se estaba volviendo insostenible, ¡Necesitaban ayuda! Así que lanzaron un llamado de alerta que fue respondido, les esperaba una gran sorpresa que cambiaría su destino para siempre.
Hace un año fueron rescatados por Wildwood trust, en Kent, Inglaterra, con la ayuda de muchas personas se pudieron recaudar los fondos necesarios para que los dos osos emprendieran un largo viaje que cambiaría sus vidas.
En el refugio, el proceso de rehabilitación ha requerido intensos meses de trabajo, ya que su condición física y mental se encuentra deteriorada y frágil por la traumática vida que han tenido. Por su propia seguridad se mantienen separados hasta que ambos estén recuperados para disfrutar del recinto especialmente acondicionado con lo que tendría cualquier oso en un ambiente natural. ¡Totalmente diferente a lo que han conocido!
El momento tan ansiado por todos llegó, el personal se mantuvo con el alma en un hilo y el corazón en la mano ya que no sabían que reacción podrían tener, con los dedos cruzados los reunieron,pero esperando lo mejor.
Por primera vez sabrían lo que se siente estar acompañado y reconocerse en el rostro del otro, en su nueva vida.
¡La emoción es indescriptible al ver este encuentro! Cuanto se necesitaban, los miedos se disipan en un abrazo que llena el enorme vacío, al saber que no están solos en este mundo, finalmente pueden compartir la libertad que no conocían y les fue devuelta en manos de personas que los quieren ver bien.
Probablemente nunca podrán ser totalmente libres para volver a la vida salvaje, pero no podrían estar mejor, aprendiendo lo que significa ser un oso y adaptándose felices a la experiencia de tener la mayor sensación de tener un amigo, en medio de un recinto enorme que recrea naturalmente el bosque, rodeados de muchos árboles, cuevas, en un manantial donde pueden respirar la paz de ser felices.
Comparte esta emotiva historia, no hay nada mejor que verlos recuperar su vida y su libertad.