Después de un apacible día sabatino de pesca en el lago Marsh-Miller, ubicado en el condado de Chipewa, Wisconsin, Estados Unidos, la familia Hurt regresaba al embarcadero cuando notaron una forma misteriosa flotando en el agua.
Brady Hurt, de 26 años, pensó que podría ser una roca, hasta que lo vio moverse. Su padre, Brian Hurt, de 52 años, dijo que probablemente era un perro. Pero su madre, Tricia Hurt, de 52 años, se dio cuenta de que era algo todavía más inusual.
“Ese no es un perro. Creo que es un oso. Sí, ese es un oso que tiene hambre y tiene la cabeza atrapada en un cubo”, dijo Tricia Hurt a un medio local.
El pobre oso atrapado en el cubo de plástico nadaba desesperado
Y así era. Un joven oso negro nadaba a través del lago con un recipiente de plástico atorado en su cabeza, luchando para poder respirar. Afortunadamente para ese oso, la familia Hurt se encontraba en el momento justo y a la hora precisa para rescatarla de una muerte segura al inocente plantígrado.
De inmediato, Brady maniobró su bote de pesca mientras su esposo Brian se inclinó sobre el borde para tratar de alcanzar al oso y sacarlo del agua.
Después de rodear varias veces al oso que luchaba frenéticamente por zafarse, Brian finalmente logró liberar la cabeza del recipiente de plástico y, acto seguido, el animal aprovechó para nadar hacia la orilla y ponerse a buen resguardo.
Cuando Brian Hurt retiró el recipiente de la cabeza del oso, pudo escucharlo respirar con mucha dificultad y notó que el recipiente se había llenado de agua.
“Sinceramente, creemos que si no hubiéramos dado con ese oso, no habría llegado a la orilla. Estaba tan desorientado y cansado, no sabía dónde estaba”, dijo Tricia Hurt.
La señora Hurt pudo grabar el dramático rescate y lo subió a sus redes sociales, donde la historia rápidamente se volvió viral, acumulando más de 12.000 reacciones y 2 millones de vistas.
La familia decidió compartir el video, porque más tarde se enteraron de que el oso había sido visto varias veces en los últimos tres días, y el Departamento de Recursos Naturales de Wisconsin lo había estado buscando, sin suerte.
Escenas tan duras como esta, que muestran el sufrimiento que el plástico causa a los animales, ya son un lugar común que todos hemos visto, ya sea en la televisión o en las revistas: el albatros muerto con el estómago a reventar de basura; la foca enganchada en una red de pesca abandonada; y ahora, este pequeño osito que casi pierde la vida.
Libre de la basura que lo asfixiaba el oso se fue nadando con tranquilidad
Y es que, sin lugar a dudas, las características que hacen del plástico un material útil para los humanos, esto es, su durabilidad y ligereza, multiplican el peligro que este supone para la fauna.
Actualmente, unas 700 especies de organismos marinos se ven afectados por este tipo de contaminación. Cada año, más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de todos los plásticos que llegan al mar.
Comparte esta historia con tus seres más allegados y seamos conscientes: los plásticos que usamos cada día pueden acabar en nuestros mares y océanos, aunque los hayamos depositado correctamente.