Los animalitos pequeños son hermosos, sus rollizas y recortadas formas inspiran mucha ternura. Como un adorable gazapo que nació en Irlanda del Norte, que enamoró a su humana por una característica especial que lo diferenciaba de los demás.
Kylie Clarke es una joven madre de 31 años que vive en Belfast junto a sus cuatro hijos. Le encantan los animales, de hecho estuvo trabajando durante más de un año como criadora profesional de conejos, y una de las cosas que más le gustaba era ver nacer a los preciosos chiquitines con pelos.
Por eso cuando su coneja estaba embarazada la familia esperaba entusiasmada el día de ver las crías, y por fin al mes llegó el ansiado momento. La magia de la vida se presentó ante los ojos de todos, y de uno a uno empezaron a salir los delicados gazapos hasta llegar a ocho.
Es una dulzura
De inmediato Kylie se percató de que algo no andaba bien, era la primera vez que se le presentaba una situación parecida, uno de los animalitos era distinto a los todos los demás. Con los días se dio cuenta de que no tenía sus orejitas y eso le daba la apariencia de un diminuto león.
“Tengo cuatro hijos, dos niñas y dos niños, simplemente piensan que es genial. Piensan que es un milagro, si acaso llama más la atención que los otros conejos», dijo la mujer.
Al principio Kylie estaba asustada, temía que el conejito no pudiera sobrevivir o escuchar sin sus oídos, y comenzó a buscar por todos lados información sobre el caso. Aparte de eso todo estaba bien y la familia estaba feliz de tenerlo, era el consentido de la camada.
“Por lo que he investigado, no hay lugar para explicaciones realmente. ¡Por lo demás es feliz y saludable!”, explicó la preocupada Kylie.
A la hora de ponerle un nombre no tuvo que pensar demasiado, y por obvias razones lo llamó Leo. Y aunque en un principio había pensado en regalar a las ocho crías, con Leo no pudo. Era un mar de simpatía, ella y los cuatro niños lo querían demasiado.
«Es simplemente hermosa. La llamamos Leo porque se ve como un pequeño mini león», afirmó Kylie.
Leo recibe mucha atención, mimos y cuidados, lo tratan como si fuera un hermanito más, y él se siente a sus anchas dejándose querer. Ya han planificado su primera consulta con el veterinario para que lo revise e indique si todo está realmente bien.
¿Y cómo no amarlo?, es lo que inspira el pequeño leoncito. Dale un poco de alegría a tus amigos compartiendo con ellos esta enternecedora historia.