Muchas personas disfrutan de la compañía de su perro o gato y nunca pensarían en deshacerse de su mejor amigo, considerado uno más de la familia. Sin embargo, en muchas ocasiones la convivencia entre personas y animales no siempre es tan sana y exitosa y, en algunos casos la relación fracasa.
Cuando una persona decide compartir su vida y tiene un firme compromiso con el animal, agotará todas las opciones antes de aceptar una ruptura de la convivencia. Sin embargo, existe otro fenómeno que afecta a perros y gatos de todo tipo y no entiende de edades o razas determinadas.
De hecho, al menos un 20 por ciento de los perros, así como un 11 por ciento de los gatos que son dejados a su suerte son de pura raza, mientras que el resto son mestizos que llegan a los refugios en la edad adulta, e incluso animales de edad avanzada como el de esta historia.
Se trata de Cutie, una mezcla de pastor alemán que fue entregada al Centro de Cuidado de Animales Carson en Gardena, California, Estados Unidos, por su familia, con la absurda excusa de no poder hacerse cargo de ella. Quince años de lealtad, amor y cariño para que ahora, ya vieja sea tratada como un trasto inservible.
En su infinita nobleza, bondad e inocencia, la asustada perrita no entendía la razón por la cual fue dejada allí por los suyos y los esperó día tras día, sin embargo, estos nunca regresaron.
El pecado de Cutie fue ser una perrita anciana
“Por alguna razón, le tomó 15 años a su familia decidir que no la querían, y que ya no tenían tiempo para ella”, dijo uno de los empleados del refugio.
Y es que tomar la decisión de tener un perro en la familia es la misma que se debe tener al pensar en tener un hijo, porque éste se convierte en un miembro más; desgraciadamente, existen personas que terminan dando la espalda a quien más cariño les ha brindado. Es triste, pero así somos los seres humanos.
La tristeza de Cutie en el refugio era evidente
Esta familia no hizo más que traicionar al ser que por tantos años les acompañó, en las buenas y en las malas: la dejaron para que muriera en la más absoluta soledad de una perrera, precisamente al final de una vida que debería terminar con la mayor dignidad y consideración posibles.
“Ella es una perrita tan dulce que merece un hogar amoroso donde se sienta segura y amada”, afirmó uno de los cuidadores.
Y estos deseos se hicieron finalmente realidad cuando una familia sucumbió a la ternura de la peludita, y sin pensarlo dos veces la adoptaron para darle el hogar tan anhelado donde pasar sus últimos días. ¡Enhorabuena!
Antes de hacerte cargo de un animal, debes plantearte una serie de preguntas y responderlas con sinceridad. El deseo de tener una mascota puede motivarnos a superar los obstáculos que pudieran aparecer, poniendo los medios para ello, pero es necesario examinar la situación en detalle antes de tomar una decisión correcta.
Adoptar a una mascota es una responsabilidad muy seria, así que si estás pensando en hacerlo, pero no te crees lo suficientemente capaz, entonces reconsidera y piensa en otra opción. Comparte con tus amigos.