Milt Lessner era un dulce anciano que pasó una maravillosa vida junto a su familia y sus mascotas. Lamentablemente, una vez que perdió a su esposa las cosas comenzaron a cambiar drásticamente. No solo tuvo que decirle adiós a su pareja de toda la vida sino que también tuvo que ver partir a sus perritos.
Milt era psiquiatra y usaba perritos como terapia para sus pacientes.
Durante varios años, Milt llegó a sentirse muy solo y decidió que era hora de tener una nueva mascota. Acudió a varios refugios con la esperanza de rescatar a un perrito en apuros pero se topó con una desgarradora noticia: nadie estaba dispuesto a dejarlo adoptar por su avanzada edad.
En aquel entonces Milt tenía 103 años de edad.
Sin importar su edad, el amor de Milt por los animales y su necesidad de un fiel amigo eran muy fuertes. Lamentablemente, no hizo más que ser rechazado una y otra vez. Milt no quería rendirse así que siguió buscando hasta encontrarse con el refugio Lionel’s Legacy.
“Muchos nos preguntan por qué permitiríamos este tipo de adopción. Nosotros nos preguntamos ¿por qué no?”, dijo un portavoz del refugio.
Allí lograron comprender todo el amor que Milt tenía para dar y lo llevaron a conocer a Layla. Esta hermosa perrita es mestiza de salchicha y corgi que también se encuentra en la tercera edad. Los perritos ancianos suelen tener problemas para conseguir un hogar, así que Layla parecía perfecta para Milt. En cuanto se conocieron, comenzó la magia.
“Adoro a los perros. Se vuelven tu familia y te permiten formar los vínculos más especiales”, dijo Milt en una entrevista.
Layla y Milt desarrollaron un nexo muy especial en cuestión de días. El refugio se encargó de visitarlos una vez al mes para asegurarse de que todo marchara en orden y que este dulce par recibiera ayuda. El abuelito estaba a punto de perder las esperanzas de volver a tener una mascota, pero Layla le devolvió todas las fuerzas de sus mejores años.
Lionel’s Legacy se especializa en rescatar perritos ancianos.
Juntos pasaron dos años maravillosos y Milt perdió la vida poco después de cumplir 105 años de edad. Layla permaneció junto a él hasta el último momento. Los rescatistas acudieron de inmediato para buscar a Layla.
Sin embargo, la familia de Milt se había encariñado tanto con ella que decidieron honrar la memoria del amoroso abuelo al seguir cuidándola.
“Todos merecen una oportunidad para amar y ser amados. Descansa en paz, Milt. Gracias por ser un maravilloso padre para Layla”, dijo un portavoz del refugio.
Durante sus últimos años de vida, todo lo que Milt quería era un poco de ese amor incondicional de los perritos. Es una suerte que el refugio Lionel’s Legacy le diera esa merecida oportunidad.
Esta hermosa historia es una prueba más del enorme valor de un perrito. Muchas veces son ellos quienes salvan a los humanos. ¡Comparte!