Hay momentos en los que tenemos que tomar una decisión inmediata, y tal vez no analizamos las consecuencias, a pesar de que las motivaciones a nuestros actos sean en beneficio de algo o alguien.
Esto lo vivió un hombre en Australia, quien arriesgó su vida por intentar salvar la de una enorme ballena en peligro.
Cierto día, Django se encontraba en las aguas de las playas de Gold Coast, una ciudad costera al sur de Brisbane, en la comunidad de Queensland. Desde la embarcación en la cual se encontraba, pudo observar que una gran ballena se quedó atrapada en una red y no podía salir por su cuenta.
Se trata de redes marinas que son colocadas especialmente para atrapar tiburones y no permitir que pasen a las costas australianas. Django se preocupó y les informó rápidamente a las autoridades para que se presentaran a prestar la ayuda necesaria.
Salvó a la indefensa ballenita
Pero en vista que demoraban en llegar se dejó llevar por la emoción del momento; y la preocupación por el peligro que estaba corriendo el animal, hizo que decidiera rescatarlo él mismo. Acercó su pequeño bote lo más que pudo al sitio donde se encontraba la ballena.
Se quitó su camiseta, se lanzó al agua, y comenzó a nadar hasta llegar a ella. Llevaba un cuchillo porque pensaba que podía necesitar cortar las redes, pero al estar en el sitio se dio cuenta de que era fácil desatar los nudos y su alegría fue enorme cuando el animal salió y se fue.
“Las redes de tiburones, supuestamente destinadas a atrapar tiburones para evitar ataques a lo largo de la costa de Queensland, pueden ser una amenaza para las ballenas durante la temporada de migración”, afirmó Jonathan Clark, activista de Sea Shepherd, quien elogió a Django por su rescate.
Cuando terminó su arriesgado trabajo volvió a la orilla de la playa, pero lo esperaban las autoridades del Estado australiano de Queensland. Le aplicaron una multa por alterar la propiedad del consejo de Queensland y acercarse demasiado a las ballenas.
Algunas personas que miraban lo que estaba ocurriendo, no estuvieron de acuerdo con el procedimiento realizado en contra del benefactor del animal marino, justificándose en la demora del personal que debía encargarse del asunto.
“Afortunadamente un buen samaritano llegó e hizo su trabajo por ellos”, dijo uno de los presentes.
Por fortuna varias personas se organizaron para crear una campaña de GoFundMe y así recaudar dinero para ayudar a Django a que cumpla con el pago de la multa. Lo que quede por encima de esa cantidad piensan dirigirlo a las instituciones que se dedican a estudiar y realizar investigaciones sobre las ballenas.
“Sí, estoy en problemas. No iba a salir a ver ballenas. Fue un día difícil, pero como sea, a veces se paga el precio. No pensé en lo que era la multa “, dijo Django.
Es injusto que lo sancionen por hacer el bien
Más allá del mal momento, la ballena está a salvo, y sin duda los funcionarios de la seguridad marina no quedaron muy bien parados ante la situación presentada.
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