La pandemia por coronavirus no sólo ha dejado millones de pérdidas humanas, sino que ha afectado de forma directa la economía mundial y miles de personas están viendo las consecuencias de esto en sus propias vidas. Sin embargo, la generosidad se antepone ante los peores momentos y hay quienes a pesar de las circunstancias deciden ayudar con lo poco que tienen en sus manos.
Tal es el caso de un grupo de vecinos generosos de Momostenango, Guatemala, quienes reunieron dinero entre todos para darle un poco de alimento y felicidad a criaturas también vulnerables ante esta pandemia, los perritos callejeros.
Los animales sin hogar son parte de la población más desprotegida en estos momentos.
Los responsables de la iniciativa fueron los guatemaltecos Liz Acabal y Miguel Rojas quienes, en cooperación con de al menos unos 30 vecinos más, salieron a las calles de su comunidad para alimentar a los más necesitados que debido al confinamiento se ven especialmente olvidados.
Liz y Miguel utilizaron un grupo en Facebook para iniciar con la convocatoria y sumar voluntades.
Por fortuna, las personas se animaron a colaborar y no sólo se mostraron dispuestos a ayudar económicamente sino que se sumaron el día de la repartición.
El dúo alcanzó a recaudar poco más de $ 90, con los cuales pudieron comprar casi 100 kilogramos de alimentos y darle un día de felicidad a muchos peluditos.
Todos los perritos iban detrás de ellos cuando vieron el gran saco de comida.
Debido a la cuarentena impuesta en el país como medida preventiva contra el COVID-19, muchos de los negocios que solían ayudar a los animalitos de la calle se encuentran temporalmente clausurados y con las personas aisladas en casa, para estos pequeños es difícil encontrar algo para comer.
Estos amiguitos se dieron un gran banquete, gracias a la solidaridad de estos vecinos.
Esta primera actividad organizada por estos voluntarios y sus vecinos resultó ser un éxito y los asistentes quedaron conmovidos con los ojitos llorosos y la necesidad de tantos animalitos hambrientos.
Por esa razón, ahora han decidido dar un segundo paso en su ayuda para tender a más mascotas sin hora.
Liz y Miguel han hecho una solicitud ayuda a la municipalidad de Momostenango para que trabajando en conjunto puedan llegar beneficiar a mas criaturitas. También han comenzado a recaudar algunos materiales para instalar bebederos caninos en las calles de la ciudad, un proyecto que permitiría a estos amiguitos calmar su sed de forma inmediata.
Esperemos pronto puedan sacar adelante todas sus ideas y estos peludos puedan beneficiarse.
Para ampliar su noble labor, Liz y Miguel también han solicitado a sus vecinos mayor colaboración y que se animen a dejar afuera de sus casas un poco de agua y alimento para los peluditos que vagan por las calles en estos momentos tan difíciles que atraviesa la humanidad.
El objetivo final de estas personas es alcanzar la fundación de su propio refugio, así que dejaron a disposición su número de teléfono, 48442446, para cualquier interesado que desee sumarse a la iniciativa.
Aunque estas personas también sufren los estragos de la pandemia, no dejan de lado su corazón generoso y con simples gestos han comenzado a ayudar. Comparte esta historia y ayúdanos a inspirar a más comunidades y que estas se puedan organizar.