La pandemia del COVID-19 no sólo ha cobrado la vida de miles de personas en todo el mundo, sino que tiene en jaque la economía mundial y uno de las industrias más afectados son las aerolíneas.
Los pocos vuelos que aún están activos salen con un número bastante reducido de pasajeros, algo que ha ocasionado tristeza para el personal.
Precisamente este sentimiento lo está experimentando la asistente de vuelo Jenn Yoo, para quien este es un momento no sólo incierto sino bastante desolador.
La profesional extraña la compañía y camaradería de los pasajeros durante las rutas y la normalidad de su trabajo.
«Los vuelos casi vacíos son desgarradores para mí. La gente solía socializar entre sí y ahora todos se mantienen solos ¡Realmente extraño echar a los pasajeros una Coca-Cola Light con hielo!» dijo Yoo.
Sin embargo, recientemente tuvo la visita en su avión de un perrito que llegó al lugar para animarla. Esta amiguita apareció como un verdadero angelito puesto que se le acercó a Yoo, rompiendo así su soledad y también las normas de distanciamiento que la aerolínea ha impuesto para protección del personal.
Pero vamos que a la hora de dar afecto los perritos no se pueden medir y mucho menos entiende de distanciamiento ni de pandemia.
La peluda se acercó a ella algo tímida pero a su vez con picardía, era evidente que quería jugar y Yoo no se pudo resistir.
Además, a este punto la OMS ya ha advertido bastante sobre los peligros del coronavirus y las mascotas puesto que ningún estudio ha confirmado que los perritos puedan ser transmisores del virus.
Ante la situación, la asistente de vuelo no se pudo resistir y cayó derretida ante sus encantos.
«Sólo había otras seis personas a bordo, así que todo mi tiempo y atención los dediqué a esa niña. Cada vez que caminaba por el pasillo, ella giraba la cabeza para mirarme. En un momento ella agachó la cabeza detrás del asiento y salió de nuevo, lo que me hizo hacer lo mismo con ella», dijo Yoo.
Antes de que pudiera notarlo, Yoo estaba teniendo su propio juego de escondite con la perrita así que pidió permiso a su dueño para sacarle un par de imágenes.
La asistente de vuelo no quería que terminara el vuelo sin llevarse un recuerdito de ese angelito que le regaló un poco de alegría en estos días tan oscuros.
Cualquiera que ha tenido o tiene una mascota sabe perfectamente lo incondicional e inteligentes que estos pueden ser, así que no ponemos en duda que la perrita haya sido capaz de notar el desánimo de Yoo y decidió darle un poco de alegría, así fuese por un breve instante.
Ellos son los mejores compañeros de cuarentena para cualquiera, pues hacen que te sacudas la tristeza y te animes a salir adelante, comparte esta bella historia y demuéstrales a tus amigos que aún quedan muchas razones para sonreír.