Cuando las cosas dan miedo, todos necesitamos a un amigo que nos haga saber que todo va a estar bien. Para una adorable perrita mestiza llamada Moose, ese amigo incondicional e insuperable es un gato llamado Marvin.
Mary Barnes rescató a Marvin hace seis meses, con la esperanza de que el intrépido gatito se convirtiera en un compañero de juegos para su perra de 7 años.
Moose y Marvin se convirtieron en mejores amigos de inmediato
No sabía cómo se llevarían Moose y Marvin, porque la perrita nunca había interactuado realmente con los gatos, pero es una chica muy dulce y gentil, así Mary tuvo fe y la intuición no le falló en lo más mínimo.
Rápidamente la perrita y el gato se convirtieron en mejores amigos. Marvin, aún y cuando es un felino, tiene la personalidad de un perro, por lo que no le molesta en lo más mínimo tomar la siesta junto a Moose o jugar juntos todo el día.
Cuando Mary se mudó a un apartamento en el centro de Detroit, comenzó a notar que Moose se estaba volviendo cada vez más sensible a los ruidos fuertes. Cada vez que la cachorra escuchaba fuegos artificiales o tormentas eléctricas, inmediatamente temblaba y se escondía.
Trató de darle golosinas y mantenerla ocupada cuando había tormenta, pero generalmente terminaba yendo al baño y escondiéndose en la ducha. Moose siempre corre a esconderse en la ducha, porque ella siente que ese es su lugar seguro.
Por suerte, Marvin no tiene el mismo miedo a los truenos que sacuden las ventanas, pero Mary nunca podría haber adivinado que el gato amoroso daría un paso al frente y consolaría a Moose en su momento de necesidad.
La noche en la que Moose tuvo que enfrentarse a su peor tormenta, Marvin estuvo allí para ella. Fue una tempestad realmente larga y ruidosa desde que la familia se había mudado a su nueva residencia en Detroit. Al principio Mary temió por la perrita, pero el gato estuvo allí para ella.
Marvin ofreció a su amiga todo el consuelo necesario en su momento de temor
Marvin sabía que Moose estaba sufriendo y no la iba a dejar sola. El gato iba y venía en la ducha para estar cerca de la perrita.
Esto distrajo un poco a Moose, que por un momento se olvidó de la tormenta y hasta se inclinó para lamer a su hermoso hermano gato… ¡Fue un gesto muy bello de agradecimiento!
La tormenta finalmente pasó, y Moose y Marvin rápidamente volvieron a jugar y relajarse juntos. Si hay una cosa que ambos saben, es que tener un mejor amigo puede hacer que superar las situaciones que producen miedo sea mucho más fácil.
Comparte este bello momento… No solo es una historia de amistad como pocas, también es adorable y está cargada de mucha solidaridad.