El sentimiento de pérdida de algún ser querido, incluyendo nuestras mascotas, es una de las cosas más fuerte que inevitablemente en algún momento debemos enfrentar. Sin embargo, aún cuando creemos que todo está perdido siempre aparecerá alguien para demostrarnos lo equivocados que estamos. Esto fue exactamente lo que vivió una familia cuando no encontraban a su perrito después de regresar de la iglesia.
La familia es de Muskegon, Michigan.
Trinity Olejarcyzk es la madre de Max, el perrito que desapareció repentinamente sin dejar ningún rastro.
La familia preocupada buscó por todas partes al dulce Max, durante horas buscaron por todas la calles, cada refugio e incluso publicaron fotos en las redes sociales con la esperanza que alguien les diera información valiosa que pudiera dar con la ubicación del perrito, pero todo era en vano.
Max solo tiene un año y medio de edad.
El perrito llegó a la familia cuando Olejarcyzk estaba embarazada, desde entonces siempre ha estado presente convirtiéndose en un miembro importante de la familia.
Max significa mucho para la familia, así que oraron más que nunca para poder tener alguna señal que los guiara al perrito. Rápidamente sus oraciones fueron escuchadas cuando recibieron una llamada que les indicó sobre el paradero del perrito.
El perrito había estado flotando en el lago de Muskegon.
El indefenso Max se encontraba parado en una delgada capa de hielo cuando Jeff Wever y su tripulación de marineros lo vieron. El equipo había terminado su turno de 18 horas cuando vieron al perrito solo, indefenso y muy asustado.
Los hombres no podían entender cómo el perrito había llegado hasta el medio del lago, sabían que si no lo rescataban tendría un trágico final, así que buscaron la manera de subirlo a bordo.
Max esta salvo gracias a la bondad de unos hombres que no dudaron en salvarlo.
Intentaron de todo para poder sacar al perrito de las bajas temperaturas, lo llamaban con golosinas, le lanzaron una cuerda pero nada parecía funcionar.
Max estaba muy asustado como para moverse. Finalmente, y después de muchos intentos pudieron alcanzarlo y llevarlo a un lugar seguro.
Los marineros trabajaban en el remolcador Barbara Andrie cuando vieron a Max.
Fue necesario llevarlo al veterinario para descartar cualquier lesión, le diagnosticaron una breve neumonía, más allá de esto el perrito estaba listo para volver a casa.
Olejarcyzk emocionada de tener de nuevo a su fiel mascota comentó:
«Si este pequeño perro puede pasar por todo esto y aún estar bien, entonces puede pasar por cualquier cosa”.
La familia de Max está feliz de tener a su amada bola de pelos en casa e infinitamente agradecidos con los marineros por haberlo rescatado. Ellos estaban en el lugar correcto y en el momento indicado para salvar a un perrito que creía que su fin había llegado.
Rescatar a un animalito siempre es un acto de amor. Cámbiale la vida a un perrito y comparte la nota en tus redes para celebrar este hermoso gesto que volvió a unir a una familia con su amada mascota.