La británica de 33 años Rafi Sahin es capaz de hacer todo por amor y esto incluye un viaje al otro lado del mundo para rescatar a un pequeño perrito que estuvo a punto de ser comido en el Festival de Carne de Perro Yulin en China.
Aunque a muchos pueda parecerle insólito, en el 2017 Rafi hizo un viaje desde Londres a Corea del Sur para salvar al perrito que un carnicero había sentenciado a la muerte, tras cortar sus piernas.
La estudiante universitaria supo del caso a través de una organización coreana dedicada al rescate de perros destinados para comercio de carne.
Cuando Rafi vio por primera vez a Jindol, un Jindo coreano, quedó enamorada y se puso en contacto con la fundación para iniciar el proceso de adopción.
La postulación sorprendió a los rescatista que en primera instancia pensaron que encontrar un hogar para Jindol sería difícil debido a su discapacidad.
A muchos perritos destinados al comercio de la carne les cortan sus piernas antes de ser sacrificados, ante la “creencia” de que esto hace la blanda más blanda para el consumo.
«No se sabe exactamente cómo perdió sus piernas, pero varios coreanos se pusieron en contacto conmigo para decirme que es común que los comerciantes de carne corten las extremidades de los perros para evitar que escapen e incluso lastimarlos para que sufran antes de dejarlos morir”, dijo Rafi.
Cuando Jindol fue rescatado, los voluntarios lo llevaron a un refugio para que fuese acostumbrándose a la presencia de personas y pasaron meses antes de que el animalito mostrara algún gesto de confianza hacia ellos.
Al principio tratar con Jindol era un poco complejo porque no confiaba en nadie.
Rafi pudo llevar al Jindo coreano consigo hasta su casa en Inglaterra en enero del 2018. Su condición es algo que entristece mucho a esta mujer, así que no sólo le ha brindado una familia y mucho amor, sino que ha llevado a Jindol a diversos especialistas para que pueda volver a caminar.
Los rescatista coreanos enseñaron a Rafi como debía vendar los muñones del perrito para evitar que este se lastimara a la hora de desplazarse. Sin embargo, para ella esto no es suficiente y ha iniciado una campaña benéfica para darle a Jindol una nueva oportunidad.
Rafi desea que su perrito sea sometido a un procedimiento de pierna biónico que le permitiría vivir una vida sin dolor, así que cualquier aporte en la recaudación de fondos será de gran ayuda para este pequeño inocente.
Así es como Jindo debe desplazarse hasta ahora.
Mientras la mujer recauda el dinero necesario, ella misma se encarga de hacer los días del peludo mucho más agradable. Jindol es un perrito mucho más feliz de lo que fue en su país de origen.
El can coreano vive con sus otros hermanitos perruno: una mezcla Husky Samoyedo llamada Loki, y un Bulldog francés llamado Lyra. Ambos se llevan muy bien con Jindol y se divierten juntos.
Rafi ha hecho todo por cambiar la realidad de este amiguito pero él necesita mucho más. Comparte esta historia y motiva a todos a colaborar para que este angelito deje de sentir dolor.