La evolución de la protección penal de los animales, y del Derecho Animal en general, encuentra reflejo en los cada vez más frecuentes pronunciamientos judiciales en casos de trato injusto y abusos en contra de las especies.
La incansable lucha de activistas nos abre una ventana a la esperanza de que consigamos una sociedad más justa, solidaria y libre de violencia a todo nivel, pero, sobre todo, en contra de los seres más vulnerables.
Stuart Jones, de 54 años de edad, es un amante de la pesca y el dueño del campamento y pesquería Lyons Gate en Dorchester, Inglaterra.
Un día, el hombre comenzó a notar a un grupo de nutrias que supuestamente se comían el pescado, y eran las causantes de la poca cantidad de ejemplares en la reserva.
Una vez hecho el descubrimiento, puso trampas para atraparlas y, finalmente le disparó fríamente a una nutria euroasiática, una especie fuertemente protegida por las autoridades ambientales, después de que hubiera caído en el señuelo.
Stuart Jones
El abominable y mil veces repudiable crimen, tuvo testigos. Dos parejas de pescadores, James y Lee Ritchie y Tony y Karen Keane, que se alojaban en el campamento, estaban a pocos metros cuando sucedió el hecho, y de inmediato informaron a los cuerpos de seguridad locales sobre lo ocurrido.
En un principio, los turistas pensaron que Jones había atrapado a la nutria y la liberaría en otro lugar. Sin embargo, el horror llegó cuando lo vieron accionar el gatillo en contra del animal.
La trampa que usó Stuart para atrapar a la nutria
“Me siento completamente sorprendida de que esto haya sucedido. Ciertamente no volvería nunca más al sitio, prefiero dejar de pescar, un deporte que he practicado durante 30 años”, declaró James Ritchie.
Afortunadamente, el largo y duro brazo de la ley tomó por la solapa a este desalmado, y Jones terminó siendo apresado por matar indiscriminadamente a un animal salvaje protegido bajo la Ley de Regulación de Conservación de Hábitats y Especies de 2017, así como por establecer una trampa para un animal protegido bajo la Ley de Vida Silvestre y Campo.
En el tribunal, Jones no ocultó que consideraba a estas criaturas una molestia en su pesquería, y que desde hace mucho tiempo había urdido un plan para hacerlas desaparecer. Por su actuación, fue encarcelado durante dos meses por un juez del Tribunal de la Corona de Bournemouth.
Posteriormente, Dave Webb, fundador del Reino Unido Wild Otter Trust, dijo que era el primer caso de este tipo en el Reino Unido y que se sentía abrumado de presenciar tanta saña, barbarie e inhumanidad en una sola persona.
“Fue una ejecución bárbara e inhumana. Estoy sorprendido, pero tiene una sentencia privativa de libertad. Esto sentará un precedente real y enviará una advertencia severa a otras personas de la pesca”, aseguró Webb.
No hay excusa para eliminar a un depredador nativo por ninguna razón, menos aún si es con fines de lucro. En 1950 las nutrias estaban al borde de la extinción en Gran Bretaña, debido en gran parte a la contaminación por pesticidas y la destrucción de su hábitat por la mano del hombre.
Una vez reintroducidas con éxito por los conservacionistas, ahora a las nutrias se les responsabiliza por la pérdida de miles de peces gruesos como carpas y barbillas, que ellos suelen comer.
Comparte esta historia con tus familiares y personas más queridas y, por favor, se trata de una petición sencilla que no cuesta nada cumplir: ¡Cuidemos y valoremos a los animales!