A lo largo de los años, la comunidad científica se ha valido de miles de animales para hacer pruebas de laboratorio. Estos animales inocentes han tenido que pasar años en frías jaulas y se han privado de la oportunidad de llevar una vida normal.
Lo más doloroso, es que una vez que terminan diferentes pruebas, acaban con sus vidas. Por suerte, hay una nueva ley que ayudará a que algunos reciban una segunda oportunidad.
Anteriormente los animales eran sacrificados con una inyección letal.
En Estados Unidos, La FDA (Food and Drug Administration) cuenta con un nuevo plan para reubicar a los animales que resulten saludables después de los experimentos.
Monos, ratones, perros, gatos, conejos y muchos más contarán con la oportunidad de ser adoptados o dirigirse a un santuario donde podrán vivir rodeados de la naturaleza que tanto merecen.
“Todas las especies podrán optar por una nueva vida. Cada caso será estudiado cuidadosamente”.
Esta medida resulta realmente innovadora y podría convertirse en un ejemplo a seguir para otros países en el mundo.
“Estamos haciendo todos nuestros esfuerzos para reducir estas pruebas. Tenemos la esperanza de que los ensayos in vitro y los modelos informáticos reemplacen por completo los experimentos en animales”.
Esto se convierte en una pequeña esperanza para algunos, pero es importante recordar el gran debate sobre si realmente estos experimentos son necesarios. De acuerdo a Cruelty Free International, estas pruebas realmente no aportan verdadera información para el consumo humano.
“El 90% de los medicamentos que fueron aprobados por experimentos en animales, fracasan en ensayos clínicos con voluntarios humanos”.
A pesar de que esta nueva política de la FDA logrará salvar la vida de muchos, todavía hay miles de seres vivos que no lograrán llevar una vida digna. Hay muchos animales para los que los experimentos resultan fatales.
Otros, quedan con un estado de salud demasiado comprometido y por lo tanto no pueden optar por una nueva vida.
Los investigadores estadounidenses trabajan con más de 700 mil animales al año.
Las familias o santuarios que reciban a los animales sobrevivientes, deberán estar lo suficientemente preparados ya que no se comportarán como el resto y tendrán que pasar por un largo proceso para recuperarse de todos los años que pasaron en el laboratorio.
“Hay un programa donde varios veterinarios y especialistas decidirán cuál será la mejor vía para reubicar a los animales”.
Esta noticia merece ser celebrada. Es un paso muy importante en la lucha por los derechos de los animales pero también debemos tomar en cuenta que todavía hay mucho por hacer. Ningún animal merece perder la vida de manera dolorosa en un laboratorio.
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