Para muchas mujeres contraer nupcias con el hombre que aman es una de esas cosas que le causan mayor felicidad, por ello, siempre apostarán porque todo salga perfecto tomando en cuenta todos los detalles de ese gran día que esperan con tanta ilusión.
Sin embargo, hay cosas que no podemos controlar y mucho menos si tenemos un adorable peludito en casa dispuesto a hacer travesuras.
Recientemente, una mujer por poco colapsa cuando se dio cuenta que de que su anillo de compromiso ya no estaba en la mesa de noche donde lo había dejado.
El incidente ocurrió en Sudáfrica.
Cuando la mujer entró a la habitación y no vio su valiosa joya buscó a su alrededor mientras pensaba qué había sucedido, nada parecía encajar hasta que vio a su amada mascota Pepper sentado cerca de la mesa e inmediatamente comenzó a sospechar.
La mujer no tenía mayor certeza de saber si el perrito se había comido el anillo, dispuestos a averiguar qué había pasado y confirmar o descartar la sospecha principal, la pareja se dirigió a Valley Farm Animal Hospital, donde el personal rápidamente entró en acción.
Pepper estaba algo tímido sentado en la mesa de operaciones.
Julia Van Draanen es la gerente de operaciones del Hospital de Valley Farm, comenta que la forma más rápida y sencilla de saber si algún animalito se comió algún objeto es realizándole una radiografía.
Cuando atendieron a Pepper sus dueños estaban muy angustiados por saber qué había pasado con el anillo de compromiso. Al respecto Draanen comenta:
Efectivamente, una radiografía rápida del abdomen de Pepper mostró un objeto metálico en forma de anillo en su estómago”.
Tras tener el diagnóstico y confirmar que el perrito se había comido el anillo, el personal médico creó un plan para sacar el objeto. La prioridad desde luego era asegurarse que el travieso Pepper estuviera totalmente sano y seguro.
Si bien había cuatro posibles opciones para extraer el anillo, tomaron la más fácil aprovechando que no había pasado a los intestinos y permanecía en el estómago.
El gran enigma quedó resuelto, el único sospechoso regresó a casa con su secreto expuesto.
Le aplicaron una pequeña dosis de apomorfina, un medicamento que induce al vómito. De esta manera, Pepper botó el anillo en cuestión de minutos sin causarle mayores molestias.
Afortunadamente, tanto el anillo como el dulce perrito estaban completamente a salvo y sanos. La madre de Pepper regresó a casa con su hermoso anillo y el recordatorio de no dejar su prenda cerca de cualquier lugar que el travieso Pepper pueda alcanzar.
Comparte este incidente en tus redes para que más personas disfruten de las aventuras que nos regalan los consentidos peluditos de la casa. Por suerte, esta travesura solo terminó con un susto.