Los niños tienen llenan el hogar con sus encantadoras ocurrencias y su inagotable energía, especialmente cuando se trata de diversión. Y esto no sólo les pasa a los niños humanos, también les sucede a nuestros amigos lo animales.
Así lo demostró el pequeño orangután llamado Berani de 3 años, cuando su madre, Sari, lo sacó de su juego en contra de su voluntad en el zoológico Pairi Daiza en Bélgica.
Su madre tuvo que llevárselo arrastrado mientras Berani iba haciendo rabietas.
Esta encantadora familia de orangutanes también incluye a Ujian al padre, quien llegó al zoológico en 2017 desde Alemania.
El fotógrafo Koen Hartkamp capturó las emotivas fotografías que nos muestra al pequeño orangután que no quiso obedecer a su madre cuando le dijo que la hora del juego había terminado.
Y en lugar de hacerle caso a su progenitora hizo un berrinche, lo que la obligó a llevárselo arrastrado para cumplir con la hora de la siesta.
Berani inmediatamente supo que no había actuado bien y sorprendió a su madre con un cariñoso beso. Fue muy evidente que el pequeño quería hacer las paces con sus padres.
Tan pronto como sus padres lo disculparon, Berani también le dio un beso a su padre.
Otras de las maravillosas fotos nos muestran al juguetón orangután acurrucado bajo una manta amarilla y disfrutando de un refrescante sorbo de agua después de calmar la sed de hacer divertidas travesuras.
Berani no es el único que hace este tipo de rabietas, y es que los pequeños orangutanes les encanta la hora de diversión y hacen lo que sea para que se prolongue un poco más.
Peter Davies, de Fishbeast Productions, capturó una escena similar en el zoológico de Jersey, donde se aprecia cómo la madre orangután procura desesperadamente mantener a su hijo cerca de ella, pero este adorable bebé solo quiere quedarse en el parque.
El fotógrafo Koen, de 34 años, capturó estos encantadores momentos en su visita al parque mientras trabajaba para crear conciencia sobre la explotación del aceite de palma con la participación en proyectos para restaurar el bosque de Borneo para estas especies.
«Al igual que todos los niños pequeños, Berani todavía debe hacerle caso a su mamá así no le guste y a pesar de que se está volviendo un poco más independiente», dijo Koen.
Tras la interrupción del juego y en un acto de desobediencia parecía que el pequeño Berani le decía su madre: “Yo no quiero ir”, pero igualmente ella lo arrastraba por la hierba.
Comparte esta adorable historia, por fortuna la rabieta del jovencito duró muy poco y pronto volvió a estar feliz mientras se acurrucaba bajo una esponjosa mantita amarilla.