Por triste que suene, cada día nos sorprendemos más con las cosas terribles que las personas son capaces de hacer contra la integridad física y mental de criaturas inocentes. Pero como si los casos de negligencia y malos tratos no fuesen suficientes, en esta oportunidad el asunto parece haber estado movido por repulsivo momento de ocio.
Se trata de la historia de un perrito hallado intoxicado después de que los chicos del barrio decidieran darle estupefacientes.
El abuso y descontrol hacen parte de la historia de Peanut, un can encontrado tendido y casi inconsciente en las calles de Filadelfia por un oficial de control de animales del Equipo de Cuidado y Control de Animales de Filadelfia (ACCT).
El rescatista pensó por un momento que el perro estaba muerto pero al acercarse comprobó que aún respiraba y de forma bastante acelerada.
Peanut jadeaba frenéticamente pero no tenía ninguna lesión aparente, aún así el oficial intervino y llevó al can al refugio de animales Faithful Friends Animal Society para que recibiera asistencia médica.
La apariencia de Peanut no era usual y unos exámenes certificaron que había sufrido una intoxicación por estupefacientes.
A esta perrita se le inyectó un fuerte narcótico que la había dejado sedada y fue allí cuando el oficial lo rescató.
En principio, el personal del refugio no daba con la causa que había la dejado en ese estado pues no podía ni pararse y no recibía nada de agua.
Pèanut sólo jadeaba, así que del refugio fue referida a Windcrest, un hospital de animales cercano.
Cuando los exámenes dieron positivos a dos narcóticos, los veterinarios temieron lo peor pues no sabían si la perrita podría pasar la noche.
Sin embargo, esta amiguita resultó ser una gran guerrera y pese a su crítico estado logró sobrevivir.
“La dulce Peanut tuvo una larga noche bajo cuidados críticos y luchó por su vida. Ella logró pasar la noche y mostró signos de mejoras significativas a la mañana siguiente. Sus temblores no han desaparecido por completo, pero ahora puede pararse, caminar, comer y beber”, escribió Faithful Friends en Facebook.
Mientras que los médicos trabajaban por ayudar a Peanut, la policía informó que la criatura había sido encontrada en las adyacencias de un conocido centro de ventas de estupefacientes.
Una investigación más profunda reveló que un grupo de niños del barrio inyectaron al animal con narcóticos.
“Nuestros veterinarios nunca habían visto malos tratos con narcóticos como este. Fue desgarrador», dijo Kevin Rentz, gerente de mercadotecnia del centro de rescate.
Peanut pasó más de 24 horas recibiendo fluidos para eliminar las sustancias de su organismo. Por fortuna, al tratarse de una cachorra de sólo un añito, su cuerpo respondió muy bien al tratamiento y no se dejó vencer por el terrible acto del cual fue víctima.
Cuando estuvo libre de estupefacientes, fue llevada de regreso a Faithful Friends, donde recibió atención constante y fue monitoreada de cerca.
De inmediato, los empleados del refugio se enamoraron de su personalidad.
“Ella se robó los corazones de todos los veterinarios y técnicos aquí. Una vez que los narcóticos comenzaron a abandonar su sistema, se podía ver cómo su personalidad mejoraba”, dijo Ren.
Pese a todo lo que había pasado, el espíritu de esta amiguita es inquebrantable y resultó ser una criatura bastante amorosa.
Ahora, la cachorra está lista para empezar una nueva historia y busca a una familia que la llene de amor, por eso en el refugio la han bautizado Suzi y esperan que así como su antiguo nombre el animalito pueda dejar su pasado atrás.
Esta historia es el reflejo de una sociedad deteriorada, por fortuna la perrita no tuvo que pagar con su vida por los actos de otros. Comparte esta nota y ayúdanos a encontrarle un lindo hogar.