La relación entre un perrito y un niño son de los lazos más puros y tiernos que veremos en la vida. Ambos seres tan distintos pero capaces de amar incondicionalmente, nos demuestran que lo que es realmente importante en la vida, es rodearse de personas que a pesar de las diferencias te hagan sentir único y especial.
Te invitamos a conocer la historia de Robbie, un niño que finalmente pudo tener la dicha de contar con una familia que lo tratara con amor y respeto.
Robbie encontró una hermosa familia y quiere hacer lo mismo por los perritos mayores que no tienen hogar.
El pequeño Robbie sufrió muchos años de abuso y negligencia por lo que fue trasladado a un sistema de cuidado de crianza donde conoció a sus nuevos padres, María Henry Gay y su esposo Charles, quienes decidieron adoptar al niño y darle todo el amor que se merece.
Tanto Robbie como sus nuevos padres aman a los perritos, algo que hizo mayor chispa cuando se conocieron y los terminó de unir aún más.
Robbie adopta a los perritos mayores que nadie quiere.
Tristemente, algunos niños mayores de cinco años son comparados con los perritos viejos de los refugios, quienes debido a su edad y su condición tienen mayor dificultad para encontrar un hogar.
Por esta razón la familia Gay prefiere adoptar a los perritos mayores y darles una segunda oportunidad.
Cuando la familia visitó el refugio se enamoraron perdidamente de Buffy, un perrito adulto ignorado durante mucho tiempo que afortunadamente conoció a estas personas que lo amaron inmensamente.
Buffy estuvo dos años con la familia.
El perrito compartió con la familia creando un vínculo especial con el pequeño Robbie, desafortunadamente, el estado de salud del perro empeoraba con el tiempo. Mostró signos de insuficiencia renal avanzada por lo que la familia tuvo que tomar la más triste de las decisiones.
Dejarlo partir antes de que su salud empeorara y evitarle tanto sufrimiento. Los padres hablaron con el niño explicándole la situación, y él comprendió la importancia de cuidar a los perritos viejos y ofrecerles lo mejor.
El niño quería ser el último en abrazar a su pequeña mascota.
Toda la familia estaba desconsolada, pero sabían que era lo correcto, si bien Buffy no pasó mucho tiempo con quienes lo adoptaron, fue el necesario para robarse sus corazones. El pequeño niño comenta:
Sé lo que se siente al no ser amado o cuidado y no quiero que ningún animal mío se sienta así. Solo es triste para nosotros, ellos están felices de ir al cielo”.
Estas palabras conmovieron aun más a la madre, ya que su pequeño hijo le recordaba que amar a alguien no está determinado por el tiempo que compartimos con ese ser.
El tierno Buffy partió antes de sufrir más por su enfermedad, pero durante los dos últimos años de su vida estuvo al lado de personas que lo amaron incondicionalmente antes de cruzar el arcoíris hacia el cielo de los perritos.
El verdadero amor no conoce de tiempo. Comparte esta emotiva historia en tus redes y anímate a ofrecerle a un perrito mayor la oportunidad de sentirse amado hasta su último aliento.