Por más que los dueños de mascotas extremen los cuidados y precauciones cuando dejan a sus consentidos en manos de profesionales, nunca se quedarán tranquilos hasta que tienen a sus pequeños de vuelta.
Es casi similar a lo que sucede con los hijos, nunca confiaremos lo suficiente hasta que estén a salvo en manos de papá y mamá.
Pero una pareja de Iowa, Estados Unidos, jamás imaginó que dejar a su amado perrito corgi en el centro veterinario más prestigioso de la ciudad sería algo que nunca se perdonarán.
Jasper permanecía al cuidado de los profesionales del Centro Veterinario Creature Comfort
En una sesión de aseo, el peluquero de 22 años, Lucas Van Orden IV, hijo del propietario del centro, cometió el acto más brutal que nadie pudiera ser capaz de sospechar.
Cuando los dueños de Jasper fueron a recoger a su pequeño, en un principio no notaron nada extraño. No fue hasta que lo levantaron en brazos, cuando el desgarrador grito del corgi les hizo pensar que algo no estaba nada bien.
El desalmado peluquero no era más que un torturador de animales, y lo peor es que tantas mascotas estaban corriendo un grave peligro sin que nadie lo supiera.
Jasper tuvo que ser llevado al hospital de inmediato, donde descubrieron que fue pateado tantas veces que lo dejaron con las costillas rotas, fuertes contusiones en los pulmones y un enfisema subcutáneo.
Jasper tuvo que permanecer en Cuidados Intensivos durante varios días.
«Caminaba lentamente con las orejas hacia abajo, no se subía al auto como de costumbre y gritaba de dolor cuando intentamos levantarlo», aseguraron sus dueños entre lágrimas de dolor, furia e indignación.
Después de que los médicos lograron salvarle la vida, dijeron que Jasper necesitaría de cuatro a seis semanas para sanar sus heridas.
Los dueños de Jasper no tardaron en denunciar al Centro Veterinario y al peluquero, pero temían que realmente se hiciera justicia, ya que Van Orden IV era el hijo del dueño, Lucas Van Orden V, un reconocido veterinario con más de 20 años de experiencia, según se lee en su perfil de LinkedIn.
Van Orden IV fue acusado de patear a un perro a su cuidado, romperle las costillas y lastimarle los pulmones.
Sin embargo, a pesar de la evidencia y la brutalidad de los hechos, inicialmente sólo se enfrentó a un cargo de negligencia animal, un delito menor simple, lo que implicaba un mes de prisión y 600 dólares de multa.
Tras presentarse al juicio un mes después del ataque a Jasper, según orden del fiscal la pena debía haber sido elevada, pero al declararse culpable, la sentencia final fue: 2 años de libertad condicional. Algo que sin duda, ha indignado al estado entero.
«Cualquier lesión animal es de suma importancia y no se tolera en ningún aspecto. Inmediatamente después de enterarse de este incidente, el peluquero fue despedido de su empleo», dijo un portavoz del Centro Veterinario.
Ahora Jasper se recupera en casa, pero los traumas psicológicos que ha tenido que enfrentar han sido incluso más graves que sus heridas físicas.
Comparte esta noticia para levantar la voz, no puede ser que los torturadores de animales como este sujeto queden sin ningún tipo de penalidad proporcionada a su brutal actuar. ¿Por qué estos desalmados se dedican a estas profesiones si nadie les obliga a ello?