Existen muchas personas como tú y como yo que amamos a los animales y haríamos cualquier cosa por ellos para hacerlos felices. Sin embargo, donde existe luz, también hay oscuridad, y también hay quienes se dedican a infringirles daño pisoteando su derecho a la vida y, cuyas tácticas para hacerlo, al igual que su moral, está entredicho.
Y si bien los pobres animales a menudo llevan todas las perder en la batalla contra el trato injusto e indiscriminado de la humanidad y no les queda otra opción que mantenerse en la lucha por su supervivencia.
En el Centro de Investigación Karisoke de Dian Fossey Gorilla Fund, en Rwanda, un guardabosques observó una escena inédita que lo sorprendió, ya que dos jóvenes gorilas de montaña trabajaban juntos para localizar y separar las trampas colocadas por los cazadores furtivos, en una acción bastante impresionante para un animal.
“Esta es absolutamente la primera vez que vemos a jóvenes haciendo algo así. No sé de ningún otro informe en el mundo de animales jóvenes que destruyan trampas», informó Veronica Vecellio, quien trabajó como coordinadora del programa de gorilas en el Gorila Dian Fossey.
Los jóvenes gorilas desmantelaban las trampas con gran inteligencia
Según los informes, tal comportamiento obedeció a que, pocos días antes, un miembro de los suyos fuera vilmente arrancado del mundo por una de estas trampas infames, motivación más que suficiente para destrozarlas y sacarlas de su camino.
El Parque Nacional de los Volcanes de Rwanda es un lugar muy popular para la cacería de antílopes y otras especies, y aunque los gorilas adultos son lo suficientemente fuertes como para liberarse de tales emboscadas, los simios más jóvenes no tienen tanta suerte.
Los rastreadores de la reserva se mantienen alerta para desmantelar las trampas y proteger a los animales en peligro de extinción que podrían sucumbir ante ellas, lo que no representa una tarea sencilla, debido a la inmensa cantidad de cepos desperdigados por la zona.
En una ocasión, el rastreador John Ndayambaje vio una trampa cerca de uno de los clanes de gorilas, pero fue advertido por uno de estos ejemplares llamado Vubu, quien gruñó una advertencia.
Fue allí cuando vio a un gorila bebé llamado Ngwino, que no pudo salvar su vida, ya que cuando intentó escapar de las ataduras, su hombro se dislocó y las cuerdas le hicieron un corte profundo en una de sus patas, lo que le produjo una gangrena y murió.
Inmediatamente, Rwema, un macho y Dukore, una hembra de unos cuatro años, saltaron hacia la trampa. Rwema se ubicó sobre la rama del árbol y la rompió, y Dukore la siguió para liberar la soga.
Luego se les unió Tetero, un tercer mono adolescente, y el trio de héroes se apresuró a buscar otra trampa que rompieron sin piedad.
Estas trampas son muy fáciles de instalar y son construidas con cuerdas con las que hacen un lazo que se mantiene presionado por una rama o un tallo de bambú, camufladas por la vasta vegetación local.
“Si bien estos actos son claramente entendibles y efectivos, nuestra intención no es enseñar tal comportamiento a los animales. Solo queremos interferir lo menos posible con la vida natural que llevan los gorilas y la introducción de una actividad extraña estaría en contra de su código”, afirmaron empleados de la reserva.
Sin embargo, no puedes evitar sonreír cuando un delfín se escapa de una red, o cuando cualquier otro animal encuentra la manera de defenderse, ¿o no?
Comparte esta historia con tus seres queridos y ojalá podamos borrar algún día el descorazonador rastro que deja la caza furtiva que alcanza niveles insostenibles que agotan el planeta a una velocidad cada vez mayor.