Los animales tienen derechos que deben ser respetados, siendo el primero de ellos el de la libertad, y a no ser sometidos a malos tratos o vejaciones. Sin embargo, en Barranquilla, Colombia, se creó una polémica desde el punto de vista legal sobre un oso y la decisión del alto tribunal dejó perplejos a muchos.
Merece una vida feliz
Chucho es un oso andino que vive en el Zoológico de Barranquilla, Colombia desde hace un par de años. Inicialmente estuvo en una reserva de Río Blanco en Manizales durante dieciocho años en semi cautiverio.
Una gran disyuntiva se presentó cuando a través de una tutela se solicitó que el animal pudiera salir de la condición de cautiverio del zoológico.
Durante dos días se prolongó el gran debate en la sala plena de los tribunales tratando de dilucidar el asunto, se pedía que el oso fuese liberado, y la Corte constitucional tuvo que intervenir en la decisión.
El alto tribunal estaba claro que el lugar indicado para que Chucho permanezca es el zoológico, en vista de su edad avanzada, y que la mayor parte de su vida la ha vivido en cautiverio, lo que le dificultaría enfrentar los peligros propios de la vida en solitario.
A pesar de todos los esfuerzos realizados en la audiencia pública de la Corte, el máximo órgano tribunalicio no considera a los animales como sujetos de derecho, sino más bien como simples objetos que deben ser protegidos institucionalmente.
Lo preocupante del asunto, es que no solo se trata de la suerte de Chucho sino también de la concepción legal de todos los animales en Colombia.
De tal forma que el habeas corpus concedido por un magistrado de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia no progresó, el zoológico hizo lo que pudo para que la Sala Laboral revocara la salida del avejentado Chucho.
Posterior a eso, un abogado defensor de los derechos de los animales interpuso una tutela para revocar la última decisión que favorecía al zoológico, y lograr que se respetara el habeas corpus al animalito.
“La condición de la libertad no es predicable a quien no puede tener conciencia de lo que representa esa libertad”, sostuvo Gloria Ortiz, presidenta de la Corte Constitucional.
Para ella, hay más riesgos y peligros dejándolo en libertad que resguardado dentro de los predios del zoológico.
«Los animales siguen siendo concebidos como seres sintientes, como tales tienen garantías y beneficios que también limitan la actuación del ser humano y le imponen deberes. Así está en el ordenamiento jurídico el deber de protección al medioambiente y a las especies», agregó Ortiz.
En definitiva, para la Corte no procedía la solicitud de libertad, dejando de lado el habeas corpus que exigía la libertad de Oso Chucho.
El instrumento, que constituye garantía fundamental de la libertad de las personas, no resulta aplicable para dirimir la situación planteada frente al Oso.
Muchos internautas estuvieron de acuerdo en cuanto a la decisión, en pro del bienestar de los animales. Pero, como es de suponer otros tantos no estuvieron de acuerdo.
Ha generado mucha polémica
“Sentencia muy razonable, los animales se deben cuidar, proteger y respetar, pero no son sujetos de derecho”, opinó un usuario.
En cualquiera de los casos, lo más importante y que debería privar en todo momento es el bienestar de los animales, y la garantía a tener una vida digna.
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