Son muchas las especies de animales que se encuentran en peligro de extinción. Esto debería convertirse en un claro llamado de alerta para cuidarlas y tomar medidas para protegerlas. Por desgracia, esto no siempre es así. La mayor parte de las tortugas marinas se encuentran bajo el riesgo de desaparecer de la faz de la tierra. Sin embargo, hay lugares en donde las venden en el mercado para comer su carne.
“Hay que acabar con esos mercados. Causan un enorme daño a los animales”.
Algunos países como México, Australia y Papúa Nueva Guinea venden tortugas marinas vivas para el consumo humano. Incluso hay quienes sólo se dedican a criarlas para luego someterlas al peor de los destinos.
El comercio de tortugas marinas para consumo humano es completamente ilegal.
Arron Culling se encontraba en Papúa Nueva Guinea y decidió explorar un mercado local para saber cuáles eran los alimentos típicos de la zona. Cuando vio un puesto con enormes tortugas ofrecidas en venta, se le rompió el corazón. No eran vistas como seres vivos, sólo como un alimento.
“Todo lo que quiero hacer es salvar a estas hermosas criaturas de que se conviertan en la comida de alguien”.
Sin pensarlo dos veces, Arron decidió seguir su instinto y compró todas las tortugas que estaba ofreciendo ese vendedor. Resultó en una suma verdaderamente costosa y esto significaría que tendría que enfrentar problemas económicos las siguientes semanas. Sin embargo, sabía que estaba haciendo lo correcto. Condujo durante horas para llegar hasta una zona tranquila y allí las devolvió al mar.
Arron vive en Nueva Zelanda pero viaja con frecuencia a Papúa Nueva Guinea.
Las tortugas parecían aliviadas y felices de poder volver al agua. Desde entonces, estos bonitos rescates se han convertido en una actividad recurrente. Cada vez que puede, Arron guarda tanto dinero como sea posible para poder comprar las tortugas y liberarlas en el mar.
“Sus acciones demuestran que la vida de un animal es mucho más valiosa que el dinero”.
Se comprometió tanto a este bonita causa que comenzó a recibir fondos para seguir salvando más y más tortugas con ayuda de las donaciones de personas alrededor del mundo. No hay dudas de que la bonita labor de Arron generará un impacto muy positivo en la población de las tortugas marinas. Cada persona puede cambiar el mundo con un poco de tiempo y dedicación.
“Eso sí es un verdadero acto de amor por la naturaleza y los animales. Tenemos que unirnos”.
Es hora de proteger a los animales, especialmente a aquellos que se encuentren ante eminente peligro de extinción. Esperamos que se tomen medidas mayores para seguir protegiendo a las tortugas.
¿Harías algo así para salvar a un animal? Comparte esta nota para agradecer a Arron por su gran corazón.