La inteligencia de nuestros amigos peludos es realmente «zoorprendente», así como la nobleza de sus almas, tal como lo demostró con creces la perrita sin hogar de esta historia.
Mientras luchaba por sobrevivir en la intemperie, movía su colita a todos los que transitaban a su lado con la ilusión de que alguien se sensibilizara con su sufrimiento y le ofreciera ayuda.
Cuando vio a un grupo de voluntarios de una organización animalista, que parecían ser amables, supo que sería su única oportunidad para ser notada, y no podía desaprovecharla.
Tuvo el presentimiento de que podrían darle el apoyo que tanto había esperado, y no se equivocaba…
Pareciera que esta adorable perrita sabía que esas personas podrían ayudarla y sacarla de las calles para brindarle un techo donde acobijarse.
Esta pequeña perrita vivía en un mercado local de Sri Lanka, una de las ciudades más frías. Pero, era evidente que su deseo más intenso era el de tener una familia. Vivía en las frías calles de Nuwela Eliya, y dependía de aquellos que le dieran un poco de agua y alimentos.
Meneaba la colita cada vez que una persona pasaba en un intento de llamar la atención, hasta que perseverancia tuvo éxito.
Fue entonces cuando Lek Chailert junto con algunos compañeros de rescate del Parque Natural Elephant notaron su presencia. Ellos quedaron conmovidos con la pobre perrita que les pedía ayuda, a pesar de lo que había padecido, era muy cariñosa y juguetona.
Elephant Nature Park, en Tailandia, es el hogar de elefantes que han sido rescatados. Un grupo de rescatistas de la organización estaba en Sri Lanka en un viaje de investigación y mientras pasaban por Nuwela Eliya, se encontraron a esta perrita.
«Vimos a la pequeña perrita en un mercado por donde pasan miles de personas, ella estaba moviendo la cola a los transeúntes, invitando a la gente a que la viera. Pero las personas caminaban apresurados e ignoraban su presencia”, dijeron los rescatistas.
Mira en este vídeo el rescate de la insistente perrita callejera que nunca se dio por vencida:
“Nuestro equipo se detuvo para acariciarla por un rato, pero también teníamos prisa por irnos”, agregaron.
Sin embargo, ella se negó a dejarlos ir, y los siguió a todos lados, manteniendo el ritmo para no perderlos de vista. Después de caminar un largo trecho, la cargaron y la devolvieron hasta donde la vieron por primera vez.
“Pero ella nos siguió una y otra vez, hasta que su determinación se ganó nuestros corazones».
A pesar de que estaban lejos de su casa, Lek y sus amigos se dispusieron a ayudarla, pero no fue nada fácil.
En el fondo de su corazón sabían que no podían dejar a la adorable perrita a su suerte
“Decidimos pedirles a las personas que pasaban caminado que la adoptaran, y que se responsabilizaran de su cuidado, pero cuando veían que era hembra perdían el interés”.
Tras hacer muchos intentos las opciones se estaban agotando, hasta que finalmente le preguntaron a su conductor, Thushara, si la quería cuidar y aceptó.
Entonces le compraron una manta nueva y la bañaron. Y mientras ella se quedaba en el hotel con los rescatistas convirtieron su equipaje en una cómoda cama para que pudiera descansar.
Aunque ellos tenían dificultades para ayudar a la perrita sin hogar, hicieron todo lo posible por asegurarse de que tuviera el amor y protección que necesitaba. Demostraron que no hay excusas para ayudar a los animales abandonados.
“Creo que esa fue la primera noche en que ella pudo dormir cálida y tranquila. La llamamos Lek”.
Ahora Lek es la criatura más feliz viviendo con Thushara y su familia.
Y aunque su rescate sucedió hace 3 años, ella aún reconoce al rescatista que lleva su nombre.
Este grupo de voluntarios son ángeles en la tierra que mantienen el lema: “Siempre podemos cambiar la vida que tenemos a nuestro cuidado”.