Los perritos son seres leales y cariñosos que se adueñan de nuestros corazones al instante con cada una de sus actitudes y comportamientos llenos de ternura. Por eso, no es de extrañar que los amemos y nos preocupemos por su bienestar en todo momento, aunque no siempre podemos protegerlos y quedan expuestos a experiencias que ponen en riesgo su propia vida.
Neo es un perrito muy amado
Esto fue lo que sucedió con un hermoso perrito bulldog francés, de tan solo un año de vida, que terminó en la sala de urgencias de una clínica veterinaria a raíz de un misterioso ataque en una fecha en la que debía reinar la paz, la Nochebuena.
Todo sucedió después de que su humano, Gerald Ford, dejará salir a Neo sin supervisión la noche del 24 de diciembre de 2019 para revisar sus negocios. El perrito se sentía más que cómodo saltando de un lado a otro en la enorme propiedad de 12 acres, ubicada en White Springs, un área rural entre Jacksonville y la capital del estado, Tallahassee.
Gerald dejó la puerta principal abierta para que su amado perrito pudiera entrar sin complicaciones cuando se cansara de jugar, pero eso jamás pasó. Neo nunca volvió a la seguridad de la casa y fue hasta que el hombre escuchó un ruido extraño en su porche que corrió a buscarlo.
En medio de la noche, Gerald se encontró con una escena que le hizo vivir uno de los momentos más tristes de su vida: Neo estaba herido y perdía sangre a un ritmo extremadamente rápido, se estaba desvaneciendo.
El hombre estaba desesperado y no sabía qué hacer, no entendía qué había sucedido y por qué Neo estaba cubierto de lesiones y marcas de mordiscos en todo su cuerpo.
Su vida estaba en peligro
“Nunca olvidaré la expresión de su rostro. Era como si me suplicara que lo ayudara”, señaló Gerald.
El hombre era consciente de que cada segundo era vital y, para salvar a su peludo amigo, buscó una afelpada manta para cubrirlo y se dirigió a la sala de espera de un hospital veterinario. Sin embargo, el indefenso corazón de Neo no pudo resistir más y se detuvo abruptamente.
Afortunadamente, el equipo de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Florida no estaba dispuesto a rendirse. Después de un arduo trabajo, Neo volvió a la vida, formando parte del 5% de los animales cuyos corazones vuelven a latir, y pueden llevar una vida plena y saludable.
Para el 25 de diciembre, Neo ya respiraba bien y su presión arterial se había estabilizado. No obstante, para lograr que volviera a la vida, fue necesario amputarle una de sus piernas.
“Por lo general, cuando un animal muere y regresa, tiene que usar un ventilador mecánico, una máquina de respiración”, mencionó Sun Bobbi Conner, profesor y veterinario de la Universidad de Florida, especializado en medicina de emergencia.
Hasta el momento, se desconoce qué tipo de animal pudo haber lesionado al inocente perrito, pero su humano se asegurará de cuidarlo mejor para que logre adaptarse a su nueva vida con solo tres patitas y para que nunca jamás vuelva a pasar por una experiencia así.
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