Muchas personas no lo pensarían dos veces a la hora de instalar fatales trampas para ratones a lo largo de su casa.
Simon Dell es muy diferente. Es un aficionado a la fotografía que siempre ha sentido un gran amor por la naturaleza, sin importar su tamaño, color ni origen, Simon aprendió desde muy joven que todos los seres vivos merecen cariño.
“Es importante saber manejar una cámara pero no hay nada como comprender la vida de los animales a los que fotografías”.
Es por esto que cuando se topó con un pequeño ratón de campo en el jardín de su casa supo muy bien lo que tenía que hacer.
El jardín de Simon es muy grande y siempre se encuentra abierto para tantos animales como sea posible. Tiene un perro de raza Jack Russel Terrier, pero cuenta con la visita de gorriones, ardillas, petirrojos, zorros, erizos y muchos más.
“Son animales salvajes así que huyen si me acerco demasiado”.
Para él, no hay nada mejor que sacar su cámara y lograr capturar la belleza de todos. Sin embargo, en muchos años no había tenido la posibilidad de que el protagonista de sus fotos fuese nada menos que un ratoncito.
“Decidí hacerles una casa. Quería que comprendieran que el jardín era un lugar seguro y que no fuesen víctimas de otros animales”.
Se topó con el pequeño un día que habían cortado el césped. El pobre huyó a toda velocidad pero Simon fue a la cocina a buscar algo de comida. Fue todo un éxito.
El ratoncito volvió un par de minutos después atraído por el olor de los cacahuetes que el fotógrafo le estaba ofreciendo.
“Al primero lo llamó Stuart. Después llegó George”.
Simon decidió construir un pequeño refugio para él. Al principio se trató de algo muy sencillo para protegerlo de los gatos de los vecinos, pero las cosas fueron tomando un giro inesperado.
“La comida que les doy es completamente natural. Recojo bayas, nueces y frutas que crecen de manera silvestre”.
Con el paso de los días, los ratones comenzaban a salir cada vez más y pedían alimento a Simon. Él comprendió que eran su responsabilidad y decidió hacerles una casita para ratones con pilas de troncos.
El lugar quedó hermoso y con los días llegaban más ratones a lo que se fue convirtiendo en una de las aldeas más tiernas que jamás se haya visto.
“Tienen tres vías de entrada y salida. La pila de troncos no para de crecer”.
Una vez que terminó el hermoso lugar, Simon tomó fotografías que se volvieron completamente virales. Muchas personas lo han criticado por mantener una relación tan cercana con los ratones. Otros, en cambio, lo felicitan por su gran corazón y por todos los cuidados que ha brindado a esta familia de ratoncitos.
¿Qué opinas de las increíbles fotos de Simon? Cuéntanos tu opinión y comparte la maravillosa construcción que realizó para proteger a los ratoncitos.