Una de las cosas que más preocupa a los rescatistas, son las comunidades de gatos salvajes. Es muy difícil controlar entre ellos la población, por eso se vuelve fundamental ayudar a la mayor cantidad de crías posibles.
Un rescatador de Charles River Alleycats, una organización que funciona en Boston, localizó una camada de gatitos que habían nacido en una colonia de gatos.
Cuando Heather conoció a este chiquitín, supo que debía dar lo mejor de sí para acompañarlo en su desafío
Lograron ponerlos a salvo y se pusieron en contacto con Heather Fontaine-Doyle, una voluntaria experta en recién nacidos, para que los recibiera en su hogar de acogida.
Heather estaba encantada de recibir a estos chiquitines en casa, pero cuando le trajeron a la camada, jamás se imaginó que en ella se encontraría a un pequeñito demasiado especial.
El pequeño gatito, a quien llamaron Pill Bug, pesaba solo 200 gramos con 5 semanas de edad. A pesar de las dudas, lo revisaron muy bien y sus dientes indicaban que tenía la misma edad que los otros tres hermanitos.
Tenía aproximadamente la mitad del tamaño de sus hermanos y parecía más una pequeña ardilla que un gatito, pero estaba activo, alerta, tratando de comer y usando la caja de arena.
Al principio creyó que Pill Bug no lo lograría, pero este pequeño estaba por demostrar su valentía
Pocos días después, la salud de Pill Pug comenzó a disminuir, y estaba perdiendo apetito y peso. Heather temía que no pudiera hacerlo, pero no se rendiría sin luchar.
Ella lo alimentaba con una jeringa cada hora durante todo el día, manteniéndolo hidratado, cálido y amado.
A veces los más chiquititos, son los más grandes luchadores. ¡Conoce a Pill Bug!
El gatito fue a todas partes con ella para que no se perdiera una sola comida y siempre tenía a alguien allí para hacerle compañía. Su aumento de peso fue realmente lento, aunque constante.
Al pequeño le tomó 9 semanas hasta que finalmente alcanzó los 450 gramos. Su crecimiento parece estar a un ritmo de aproximadamente la mitad que el de un gatito normal.
Pill Bug tiene patas cortas y arqueadas, además de tendones rígidos. Aunque no tiene un gran rango de movimiento debido a sus problemas físicos, está decidido a hacer cualquier cosa como otros gatitos.
Es juguetón, amoroso y la verdad es que no abandona ni por un segundo a Heather. El chico atigrado es muy valiente y le gusta luchar con juguetes y otras cosas más grandes. Pero nada le gusta más en el mundo que abrazarse con sus padres adoptivos y ser amado y mimado.
Feliz, amoroso y travieso, a él no parecen importarle sus patitas cortas
Tener piernas más cortas no lo hace más lento en lo absoluto. Cuando se trata de la hora de la comida, corre hacia su plato de comida: ¡es muy rápido! Este chiquitín ha sabido acostumbrarse a su cuerpo perfectamente.
Aún Heather está a la espera de saber si tiene o no enanismo o cualquier otro problema que sentencie su crecimiento para siempre, pero luego de los días difíciles, este pequeño ha demostrado ser un luchador que no está dispuesto a rendirse.
Heather lo define como uno de los gatitos más felices que ha tenido el placer de cuidar y es muy fácil adivinar el por qué.
Si te enamoraste de este chiquitín, ¡comparte su historia en tus redes!