Cuando algo sale mal, puede ser difícil ver la luz al final del camino. Sin embargo, incluso nuestros momentos más oscuros, tienen el potencial de llevarnos a un capítulo nuevo y más brillante en nuestras vidas.
Simon, una singular vaca bebé y Leonardo, una tortuga gigante, forman un dúo inesperado. Luego de que sus tumultuosas vidas los unieron, han encontrado seguridad y una verdadera amistad, apoyándose a cada instante.
Simon tuvo que aprender a vivir con una prótesis en su patita
En 2016, Simon era solo un pequeño ternero. Una de sus patas traseras quedó atrapada en algunas enredaderas y por desgracia tuvieron que amputar la extremidad.
Fue rescatado y atendido por la Fundación de Amigos de la Vida Silvestre de Tailandia, que le colocó una prótesis en la pierna y lo llevó a su santuario de animales.
Leonardo fue trasladado al refugio, donde parecía estar muy feliz
Simon había perdido la pata, pero estaba a punto de ganar un nuevo mejor amigo. La vaquita no estaba lista para unirse a otros animales de su especie que se encontraban en el santuario.
Decidieron darle algo de tiempo para recuperarse de su trauma y crecer un poco más. Simon fue colocado en un gran recinto donde parecía que no estaba interactuando con ninguna otra criatura, pero realmente no era así.
El amor de Simon por Leonardo fue inesperado y sorprendente
En 2013, Leonardo, una tortuga africana, perdió su hogar cuando cerró el zoológico en el que vivía. El animalito fue rescatado por WFFT y llevado a su santuario de animales, donde comenzó una vida nueva y cómoda.
Leonardo estaba ocupándose de sus propios asuntos cuando notó que un nuevo residente se había mudado a su recinto. Se trataba del mismísimo Simon. La vaca bebé con una pierna protésica entró en la vida de Leonardo y, de repente, su vida cómoda en el santuario mejoró aún más.
Cuando Simon vio a Leonardo, fue amor a primera vista. La vaca bebé inmediatamente formó un fuerte vínculo con la tortuga gigante, para el asombro del personal del santuario.
En su sitio web, los encargados de WFFT señalaron que a menudo se podía ver a Simon y Leonardo comiendo juntos, descansando juntos y caminando juntos.
Su inesperada amistad fue una delicia para el personal y para el resto del mundo. Nos recuerda la profunda conexión que comparten los verdaderos amigos y que la amistad viene de adentro; no se basa en la apariencia u otras cualidades superficiales.
Estos dos son amigos inseparables
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