A pesar de que existen cientos de campañas y una lucha constante por los derechos de los animalitos, desafortunadamente en algunos países no hay ningún tipo de ley que los proteja.
Dándole rienda suelta a las mentes retorcidas de algunas personas, que ven en los perritos un objeto de disfrute para poder lastimarlos sin piedad alguna. Atentan contra ellos sin sentir ningún tipo de responsabilidad civil, moral ni muchos menos jurídica.
Algunos piensan que al no ser penado por la ley es aceptable maltratar a un perrito.
Nuestro pequeño protagonista fue golpeado fuertemente sin razón alguna, el perrito quedó postrado y adolorido en un poste que se convirtió en su refugio.
Inmerso en su dolor, el perrito agonizaba lentamente hasta que fue escuchado por una mujer que decidió actuar para salvarlo. Ella llamó al rescate local de animales y buscó una manta para cubrir al indefenso animal.
El perrito estaba muy asustado y traumatizado.
Mientras esperaba la ayuda los torturadores volvieron para golpear al perro nuevamente pero la mujer se interpuso, no permitiría que siguieran haciéndole daño, incluso recibió algunos golpes por interponerse.
Pero nada de esto le importaba a la valiente mujer quien sabía que la ayuda estaba cerca, solo deseaba salvar al indefenso perrito.
El perrito lloraba mientras dormía por las noches.
Por suerte, los rescatistas llegaron y le ofrecieron la atención que necesitaba, rápidamente lo trasladaron al refugio y le dieron algunos analgésicos y antibióticos para calmar el dolor.
El veterinario no estaba, por lo que tuvieron que esperar hasta el día siguiente para poder chequearlo y obtener un diagnóstico general. El perrito era poco receptivo, intentaba morder a sus rescatistas y es perfectamente comprensible, unos hombres eran los responsables de su penosa situación.
Decidieron llamar al perrito Souki.
El trauma de Souki era tal, que no quería que nadie lo tocara, hacerle un examen completo fue muy difícil, no quería hacer contacto visual y miraba constantemente a la pared.
Pasó un par de semanas para que los rescatistas se ganaran la confianza del perrito y este comprendiera que solo querían ayudarlo.
Souki tiene la columna dañada y gusanos en el corazón, los veterinarios estaban haciendo todo lo posible para que sanara completamente, no solo su cuerpo sino su alma.
Souki necesitó dos meses para poder sanar lo suficientemente bien.
Finalmente, el perrito ha mejorado su estado de salud, ya puede sentarse y pararse solo. Ahora luce un hermoso pelaje suave y grueso, es un perrito realmente feliz.
Por los momentos, tiene un hogar de acogida pero deseamos pueda encontrar un hogar permanente.
Gracias a todos sus rescatistas y a la valiente mujer que se arriesgó para salvar a esta adorable bola de pelos. Comparte este rescate.