La relación de los hombres mujeres y niños con sus mascotas no tiene límites. El vínculo entre un humano y su peludo puede llegar al punto de ser muy parecido o exactamente igual al de una madre o un padre con su hijo. Alimentar, jugar, pasar mucho tiempo juntos e incluso, dormir con ellos, hace que la convivencia sea casi idéntica. Los animales de compañía llegan a desprender verdadero amor por sus dueños y viceversa.
Muchos perros, cuando son separados de sus dueños presentan signos de angustia y ansiedad, responden actuando de manera hiperactiva y vocalizan casi permanentemente mediante aullidos o ladridos. Pero, ¿qué sucede cuando dejamos de existir en el mundo y nuestra mascota se queda sola?
Mhee, un perrito que acompañaba a su humano, Somprasong Srithongkhum, durante un paseo por el lago en una relajada tarde, comenzó a llorar al percatarse de que su compañero tardaba más de lo común en salir del agua. Y es que, cuando el joven estaba ascendiendo por un risco, se resbaló y se precipitó en el estanque.
Fiel a su cuidador, el perrito esperó inútilmente a que Somprasong saliera a flote, sin saber que el hombre ya había fallecido bajo las aguas. Una conmovedora y triste historia.
Mhee esperando que su dueño saliera del agua
El can jamás se imaginó que su querido humano corría peligro y pensó que había saltado por cuenta propia, pero lo cierto es que, al pasar los minutos sin tener señal del hombre, el animal comenzó a entrar en pánico. Algo muy malo debía estar ocurriendo.
El primo de la víctima fue hasta el lugar para buscarlos y encontró al cachorro aullando en la superficie y, a un lado del animalito, las sandalias del desafortunado paseante. Comprendió que se había ahogado, por lo que llamó a las autoridades y familiares para que lo ayudasen a rescatar el cuerpo de Srithongkhum, de 56 años de edad.
“Encontramos el cuerpo y Mhee vio cómo sacaban a su querido humano inmóvil. No lo podía creer. Estaba destrozado por dentro”, dijo el primo de Somprasong después de hallar la escena.
El accidente fue una tragedia que el pequeño animalito, sin duda recordará por siempre. En ningún momento el hombre trató de atentar contra sí mismo. Sin embargo, el primo de la víctima confesó que éste le había dicho que no se sentía muy bien la noche anterior.
Esa noche fue a verlo para ofrecerle algún medicamento, pero no lo encontró en casa; fue entonces cuando, momentos después de caminar en su busca, se encontró con el lamentable incidente.
El vínculo que se genera entre un animal y su dueño es inquebrantable. De seguro, ambos seres se extrañarán mucho, pero muy probablemente este hombre continuará cuidando a su perrito desde el cielo y será su ángel guardián para toda la vida.
Definitivamente, existe mucho del ser humano en el animal y todo lo del animal en el ser humano. Esta es una relación afectiva bidireccional, de ida y vuelta.
Comparte esta sensible historia de amor y despedida con tus seres queridos y amistades cercanas y recuerda que el vínculo entre una persona y su mascota puede ser igual al de una madre con su hijo, y viceversa.