Llega el año nuevo y con él las celebraciones, los brindis, los abrazos y buenos deseos para el año que llega pero también, y como no, los fuegos artificiales.
Sin embargo, lo que a los seres humanos nos parece inofensivo, afecta negativamente a nuestros mejores amigos caninos, para quienes cada explosión de un cohete puede ser una verdadera tortura. Y si no lo crees, pregúntale a Skippy, nuestro simpático y asustadizo personaje de hoy.
Skippy es el perrito faldero de Ellen Watson, su compañero fiel y cotidiano de ida y vuelta al trabajo. Él es su protector, su guía, pero un día, gracias a la cadena de explosiones de fuegos pirotécnicos arrojados esa noche, no pudo realizar su faena ni cumplir con su rol como de costumbre.
Ellen Watson y Skippy
Lo imprevisto del hecho no les dejó mayor opción a la pareja de humano y can que afrontar la situación.
Si bien la reacción natural del animal al escuchar el ruido fuerte es huir o salir corriendo, esta vez el perro guía se quedó paralizado del pánico y se negaba a moverse, por lo que en el vídeo que se ha vuelto viral, puede verse a Ellen intentando hacer reaccionar a su mascota, en medio de los chispazos y detonaciones derivadas de la celebración.
Lo cierto es que Skippy estaba en shock, lo que dejó a su protegida sin resguardo alguno.
No obstante, Ellen sabe lo mucho que le afectan esos sonidos a su animalito y no lo culpa; por el contrario, afirma que es un perro muy obediente e inteligente, pero a la vez, muy celoso de los suyos.
»No es su culpa, él se porta muy bien y me protege mucho, pero le afecta mucho este tipo de ruidos. Por eso me cambié de trabajo, para evitar las horas en las que se suelen utilizar los fuegos artificiales», señaló Ellen Watson.
También aprovechó la oportunidad para pedir se extiendan más regulaciones en cuanto a la venta y el uso de estos productos, ya que asegura que esto representó un problema para ella, pero son muchos otros más los afectados por el mismo tema de la pirotecnia no controlada y su incidencia en el comportamiento canino.
»Los fuegos artificiales no solo causan angustia extrema a perros y humanos, sino que también representan un riesgo para la seguridad de las personas discapacitadas. Esto tiene que parar. Los fuegos artificiales DEBEN ser regulados», añadió.
Asegura que para minimizar el estrés de Skippy, la mujer se ve obligada a dejar encendida la televisión y colocar música relajante para que no ocurra un mega desorden en la casa producto de los nervios del peludo.
»Los perros a menudo mejoran o salvan la vida de las personas (especialmente los perros de asistencia). No estoy segura de que 5 minutos de fuegos artificiales sean iguales para él que para el resto de la gente», recalcó la mujer.
Aunque la idea no es que nuestro perro esté encerrado durante todas las fiestas, cerrar las ventanas y cortinas, o dejarlos en la habitación más aislada puede ayudarlos a estar más tranquilos.
Pero si, como Skippy, nuestro perrito está de paseo al momento del ruido, es importantísimo que además tenga su correa bien ajustada. Esto porque muchas veces, en medio del pánico, muchos perros son capaces de quitársela y salir corriendo hasta desaparecer sin dejar rastro.
Si tienes una mascota en estas fechas procura documentarte bien acerca de todas las formas que existen para evitar que la pirotecnia afecte al bienestar de los animales.
Comparte este caso con tus familiares y amigos, todos deben saber cómo mantener a los peludos a salvo.