Socorrer a un ser vivo que está en situaciones de peligro es una virtud heroica, noble, y digna de emulación. Como la que tuvo un operador de equipos pesados en Washington con un par de pequeños ciervos que estuvieron a punto de perder sus vidas, atrapados en el fango.
El hecho ocurrió en la ciudad de Tacoma en el condado de Pierce cuando Bill Davis revisaba un terreno que es propiedad de su empleador.
A simple vista los pequeños ciervos sumergidos en el fango no se veían
Se percató de que en la zona algo parecía moverse y decidió mirar bien para asegurarse de quien era el intruso.
«¡No los habría visto si no se hubieran movido y me hubieran llamado la atención!», dijo Davis.
Se sorprendió al ver un ciervo atrapado totalmente en el espeso lodo, no podía moverse y sería imposible salir de allí por sí solo. Pero para mayor sorpresa se dio cuenta de que más adelante había otro en las mismas condiciones.
El noble hombre, no lo pensó dos veces, decidido a ayudarlos, llamó a Rod, un operador de excavadora cercano y planificó un rescate improvisado para liberarlos.
Todo el procedimiento realizado fue filmado por Bill, mientras Rod manipulaba la pesada excavadora.
Sabían que debían tener mucho cuidado, las labores de rescate no son tareas fáciles y menos cuando involucra animales, puesto que no es posible hacerles entender instrucciones a seguir.
Así que Rod fue despejando con los alrededores de donde estaba exactamente el animalito. Sacando el lodo con estricto detalle, no debía perder el control de la máquina para evitar lastimar al ciervo.
«Intenta levantarla, Rod», le dice enérgicamente Bill a su compañero.
Con suprema delicadeza, la pala dentada de la excavadora recoge al ciervo y lo coloca en el suelo. ¡Eso sí que es un rescate! Al principio el animal parecía muy confundido, era como si hubiese perdido por segundos el sentido de la orientación.
«Corre bebé, corre estás a salvo»
Pero, de repente se levanta y regresa al bosque. En el vídeo se puede escuchar la alegría que muestran los hombres por haber salvado al animal.
“¡Un trabajo increíble, Rod!”, comentó Bill.
Después rescataron al segundo ciervo, se quedó quieto como si supiera que estaban haciendo todo por ayudarlo.
“Ese es su amigo allí mismo. Vamos, levántate, levántate bebé,” dice Bill.
Finalmente, también fue salvado, se puso de pie y corrió hacia el bosque con otros ciervos. A ciencia cierta aún no se sabe cómo fueron a parar los distraídos animalitos al espeso fango. Por fortuna, el operador de la máquina puso todo su empeño, dedicación y experiencia para salvarlos.
Estos hombres nos dieron una gran lección de empatía y solidadridad, para cuando veamos a cualquier animal que necesite nuestra ayuda, no dudemos en dársela, y si no está a nuestro alcance hacerlo, por lo menos busquemos apoyo.
Comparte esta hermosa historia con todos tus amigos y conocidos. No perdamos nunca la oportunidad de ser buenos con los animales.