Las tiendas de segunda mano son una opción económica para adquirir ropa y objetos a los que aún podría sacarle algún provecho. Por lo general estas tiendas tienen el ahorro como taxativa y buscan recaudar fondos de prendas que adquirieron a muy bajo precio o que ya no les son útiles, pero no hablamos de comerciantes aprovechados ni mucho menos.
Al contrario, algunos dueños pueden más que generosos como lo han sido James y Kellie Vanderbloom, que decidieron donar todas sus ganancias a una buena causa.
La pareja son los dueños de la tienda de artículos de segunda mano Happy Tails Fur-Ever, en Smyrna, Tennessee, pero a su vez son unos amantes de los animales. Por esa razón le dieron a su negocio un enfoque bastante social y desde hace algún tiempo se han dedicado a donar sus ganancias a los refugios de animales.
En los últimos 20 años, Kellie y James han rescatado, criado y rehabilitado a más de 100 perritos sin recibir ningún tipo de donaciones.
Estos chicos son defensores de la vida animal antes que empresarios pero ¡vamos! Que su negocio tampoco ha marchado nada mal. Al contrario, la tienda se convirtió en el modo de hacer de su pasión una ayuda sustentable.
La idea de abrir la tienda fue de Kellie, después de ver un negocio similar durante unas vacaciones en Florida.
El comercio que visitó Kellie era de segunda mano y le impactó saber que todas las ganancias recaudadas en el lugar iban a un grupo de rescatistas que se encargaban de cambiar la vida de los animalitos. Para ese momento Kellie ya vivía con cinco perros y un gato, así que vio en la idea un modo de llevar su pasión más allá.
¡Vaya que ha sabido cómo hacerlo! Desde entonces la mujer no ha parado de rescatar animales de las calles y reubicarlos.
Con los ingresos que se perciben en la tienda Kellie apoya a 8 refugios de Tennessee pero no sólo ella trabaja en esta hermosa labor. Familiares y amigos la han ayudado a sacar las ventas adelante, pues conocen la noble causa que hay detrás de todo el proyecto.
Por su parte, Kellie trabaja a tiempo completo en su otra pasión: la odontología. La mayor parte del día está atendiendo pacientes en su consultorio.
Para esta generosa mujer el apoyo de James ha sido incondicional, pues él entendió que su amor por los animales es algo que va más allá de sólo contemplarlos. Así que ambos decidieron entrar en acción.
«Esta siempre ha sido mi pasión. Soy la que llora en las tiendas cuando los animales están en jaulas. Cada centavo que entre en esta tienda será donado», dijo Kellie.
Nos agrada mucho saber que hay personas decididas a apoyar a los más vulnerables. Por eso si tú o algún conocido vive cerca del lugar ¡por favor! Consideren apoyar a Happy Tails Fur-Ever Thrift Store, ya sea con bienes vendibles o con algunas comprar. Si no estás en la zona también puedes ayudar, fomenta siempre el apoyo a los refugios y en especial el respeto a la vida animal.
Comparte esta iniciativa y ayúdanos a construir el cambio que tanto queremos ¡Todos podemos hacer algo y unidos lo vamos a alcanzar!