En un Planeta que cada día ve desaparecer a más animales de diferentes especies, saber de la atención y correcto cuidado de criaturas en peligro de extinción es un verdadero alivio y orgullo. En esta ocasión, ha sido un par de osos grizzli los que ¡por fortuna! Fueron nuevamente enviados a hábitats naturales después de años de encierro en un zoológico.
Los nombres de estos afortunados amiguitos eran Dimas y Kátia pero en su nuevo hogar fueron llamados Verrú y Mizar.
La pareja pertenece a la subespecie de osos pardos más grande del Planeta y durante años habían estado viviendo en un el Zoológico del municipio de Canindé en Ceará, Brasil, pero tras un fallo judicial se ordenó su traslado al habitad natural.
Verrú y Mizar estuvieron en el lugar durante 11 y 8 años, respectivamente, pero el clima de la zona estaba afectando su salud.
Estos chicos pertenecen a una especie nativa de regiones con clima templado y enfrentaban temperaturas de más de 40 grados en su antigua ciudad. Por eso, desde el 2018, la activista Luisaa Mell comenzó una campaña para que los osos fuesen trasladados al interior de Sao Paulo.
Por fortuna, la lucha alcanzó su objetivo y las nobles criaturitas llegaron sanas a su nuevo hogar en el Rancho do Gnomos, en São Paulo.
Estos chicos fueron trasladados en cajas separadas durante un viaje de 4 horas, desde el aeropuerto Joanópoli hasta Sao Paulo. Alrededor de 100 personas participaron en su traslado, incluyendo los grupos especiales de voluntarios, la policía militar, el personal del Rancho dos Gnomos y el personal del zoológico.
Aunque todo el personal hizo lo posible por causarles el menor estrés durante el viaje, el temor a los desconocido y las nuevas sensaciones hicieron que los osos no fuesen liberador inmediatamente.
Mizar se notaba realmente exhausto por el traslado.
«Es por dos razones: descanso, ya que estaban muy cansados del viaje y por seguridad. Han estado separados por varios días en cajas de transporte y, a pesar de haber vivido juntos, no consideramos prudente liberar de una vez a estos animales», declaró la veterinaria del Santuario, Carla Spechoto.
El cambio de los nombres de las criaturas corresponde a una tradición del Santuario y de hecho ambos son bastante emblemáticos. Verrú significa «fuerza de superación» y Mizar representa el nombre de una de las estrellas más brillantes de la constelación de la Osa Mayor. Pero sabemos que estos osos no sólo estrenan un nuevo nombre sino una vida más tranquila en un Santuario, lleno de atenciones y cuidados.
Nos complace que las personas se muevan en pro de los más indefensos. Comparte esta nota e inspira a más de un activista, que vean el final de esta historia para que sepan que todo sacrificio vale la pena por ellos.