Todos sabemos que las posibilidades de que una cría sobreviva en la naturaleza solo sin ayuda de su madre son casi nulas. Sin embargo, algunos tienen la suerte de encontrarse con algún animalito que por muy diferente que sea lo adopta como suyo. Nuestro protagonista es un pequeño conejito que quedó huérfano con tan solo una semana de nacido, con todo el pronóstico en su contra corrió con la suerte de encontrarse una familia que cambió su destino.
El hecho sucedió Reino Unido, Inglaterra.
El adorable conejito fue adoptado por una familia en Rotherham, tan pequeñito e indefenso rápidamente se ganó el cariño de todos y decidieron llamarlo Bubbles. Desde luego que el pequeño Bubbles se ganó el corazón no solo de las personas; sin saberlo, tendría una nueva madre, muy distinta a su especie pero con todo el instinto protector que cualquier madre puede tener.
La naturaleza de los conejos es jerárquica.
La familia tiene una gata llamada Snaggle Puss, para sorpresa de todos, desde el momento en que vio a Bubbles descansando solo en el sofá, lentamente se acercó, lo agarró entre su boca y lo llevó al resto de su pequeña camada.
El pequeño Bubbles no es un tierno felino, pero eso parece no importarle a pequeña camada de gatitos que lo han adoptado como un miembro más de la familia.
Tienen gran sensibilidad frente a los cambios.
El conejito diminuto e inmensamente adorable es tan tierno que encajó sin problemas en la camada. Su nueva “madre” Snaggle Puss, lo trató como a un hijo más y le dio tiernamente la bienvenida, los demás gatitos le dieron espacio y sorprendentemente se acoplaron sin mayor problema.
Se puede plantear un encuentro respetando el espacio de cada especie sin jerarquía.
Es bien sabido que estas especies tienen sus marcadas diferencias mostrándose en desacuerdo gran parte del tiempo, pero una vez los animalitos demuestran que para proteger y amar no existen límites.
La convivencia entre gatos y conejos se da progresivamente.
El pequeño Bubbles curiosamente aprende cada día sobre las habilidades gatunas, quizá crezca con un lado felino interior que pueda sorprender a todos en un futuro. Por ahora disfruta de su nueva familia que sin posturas raras ni apariencias engañosas le abrió las puertas de su hogar y confían en el nuevo miembro de la familia.
Aunque parezca imposible, los gatos y conejos pueden ser grandes amigos.
Sin duda, estos amigos peluditos han cautivado cientos de corazones, y cómo no si demuestran su inteligencia al dejar las diferencias de lado para amar sin condiciones.
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